Por el retrovisor - recuerdos de 2019


Para estrenar con actividad el año en que este blog cumplirá su décimo aniversario, me dispongo a continuación a repasar brevemente algunos momentos cerveceros memorables del ya pretérito 2019, inspirado por esta publicación en Original Gravity que pude leer en estos días de descanso invernal.


Como de costumbre, el año empezó con el trabajo del Barcelona Beer Festival. Tengo la satisfacción de haber presenciado la que sin duda ha sido la mejor edición hecha hasta el momento, con un trabajo enorme de todo el equipo y una alta satisfacción entre los asistentes. A nivel personal, me llenó especialmente invitar a Emma Inch para que grabara el primer episodio en vivo de su imperdible programa Fermentation Beer and Brewing Radio. Mi fanboy interior fue feliz contando con la presencia de Jérome Rebetez de la Brasserie des Franches-Montagnes: no sólo hizo una de las mejores charlas que he organizado en el marco del Festival, sino que pude hablar largo y tendido con él -hasta me regaló una cerveza-, cerrando así el círculo tras mi lejana visita a su fábrica de Saignelégier en 2013, en que no pude conocerle.

Párrafo aparte merece el Toer de Geuze 2019, que supuso un nuevo tick en mi lista de experiencias vitales. Más allá de profundizar en el apasionante mundo de las cervezas de fermentación espontánea, que son las responsables de que hoy escriba sobre cerveza, pude conocer a mi admirado a Karel Goddeau, que me hizo de guía en la visita a las instalaciones de De Cam. Pude, asimismo, enamorarme de la preciosa fábrica de De Troch. Aprovechando el viaje, tuve una vez más tiempo para perderme por los mejores cafés de Bruselas, visitar De la Senne y reafirmar mi amor por la marca, y probar in situ mis primeras Tall Poppy, el precioso proyecto de mi querido amigo Jo Olluyn.

Más allá de descubrir cervezas de primer nivel en Eslovenia, en verano disfruté especialmente poniéndome el mono de trabajo y cosechando lúpulo en Lupulina, Cassà de la Selva. Tanto me inspiró la jornada que escribí el que seguramente sea mi mejor artículo hasta la fecha, y que recibió una distinción de incalculable valor para mí al ser destacado entre los favoritos del año de Boak and Bailey.


Por último, destacar un momento ilustrativo de lo que 2019 fue a nivel personal. Tras haber hecho mi parte como juez para los World Beer Awards en London, y haber disfrutado charlas y pintas en The Rake con varios compañeros de pasión y profesión, volví al día siguiente temprano dirección a Barcelona para trabajar desde el mediodía hasta la noche. Vestido ya de Clark Kent, antes de pasar el control, saqué del equipaje un sandwich de panceta y una lata de Endless Toil, que me había regalado Jules Gray de Hop Hideout, Sheffield: no facturaba maleta para no perder tiempo a la llegada, y no contemplaba otra alternativa. El origen de la cerveza y el contexto de la toma, lleno de contrastes y de mis propias contradicciones, aseguraron que esa circunstancial sustituta de mi rutinario zumo de naranja matutino fuera sin duda uno de los mejores tragos del año.

Y es que es un año en que mi trabajo ha impactado más de lo habitual en mi doble vida, son momentos como este los que me reafirman en seguir persiguiendo esta senda. Feliz año a todos.


Salut i birra!

Comentarios

  1. En Eslovenia no cabe duda que tiene cervezas de primer nivel, pero en México no nos quedamos atrás
    cervezas mexicanas ya probaste algunas?

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