Madrid 2017 - Día 1 - Universidad

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El día empezó movido: por circunstancias ajenas a mi control, perdí el AVE de las 7:04 desde Lleida a Madrid. Nunca antes lo había perdido, y en el momento me afectó simbólicamente. Al hacer el cambio de billete, me afectó también económicamente. Pero esa primera parte de día se desarrolló sin más incidencias, tras un plácido viaje y una jornada de trabajo productiva.


“El protagonismo de la escena se ha desplazado al sur de la Glorieta de Bilbao, incluso más allá de Universidad” 


La segunda parte del día empezó a las 19:30h, momento en que bajé del Metro de Bilbao para hacer parada en uno de los grandes referentes cerveceros de Madrid estos últimos años, con una gran tarea de difusión y evangelización a sus espaldas gracias al buen número de eventos que allí se organizan. Con una oferta siempre muy vinculada a la comida, e interesantes menús de mediodía, recuerdo alguna noche memorable de mi vida anterior entre las paredes del alargado local de La Tape. Siguen ahí sus 8 tiradores, con una siempre variada oferta anunciada en la pizarra de detrás de la barra, así como su servicio de comida para llevar Tape Away. Tomé una Mad Brewing Eukanot, fantástica, ideal para preparar el cuerpo a base de lúpulo; y aunque no era seguramente el maridaje perfecto, acepté encantado una pequeña tapilla de gazpacho: fresco, con un toque a rúcula, y muy rico.

La pizarra de La Tape

Tras un largo día, tocaba cenar, y el sitio lo tenía claro. Supongo que el nombre me pareció llamativo desde que lo vi por primera vez, y tocó acercarse al Pez Tortilla, en Calle del Pez. Un local recogido, que ha tenido la ocurrencia de reducir su oferta a media docena de variedades de dos de las tapas estrella, la tortilla y las croquetas, y fusionarlas con una atractiva oferta de cerveza. Oferta que, por cierto, comprende 6 grifos más 1 de Mahou Clásica: el más popular al principio, si bien el consumidor cada vez innova más. Mi apuesta fueron unas croquetas de jamón y un pincho de tortilla de brie, jamón y trufa, acompañado de una Speranto Creek, una New England IPA toledana -viva la globalización-, fresca y sabrosa, si bien con un punto de levadura. Íbamos temprano, y estábamos en lunes de semana pre vacacional, pero normalmente no se pueda ni entrar. Y, sinceramente, no me extraña.

Ambiente creciente en Pez Tortilla

Con el estómago satisfecho, nos dirigimos a un viejo conocido. El brewpub más antiguo de Madrid -después de que Estrella Galicia comprara Naturbier-, y una auténtica obra maestra de cómo aprovechar todo el espacio de un local, Fábrica Maravillas supo desde el inicio capturar la esencia de lo que un madrileño espera encontrar en un bar: así, tanto antes como después de la hora de cenar, el sitio está normalmente bastante concurrido. Siguen los 8 grifos originales, pero vi algunas como novedades la oferta de tapas -algo que en su momento, hace un lustro, ya apunté como necesario-, así como algún infográfico para entender qué se cuece en la zona de maquinaria. Grandes noches en este local luminoso y moderno, que pude rememorar tomando su To The South, una Session IPA que me hizo pensar que cuando dejé la ciudad hace 4 años el concepto aún no se había inventado.

Fábrica Maravillas, de nuevo

Pasado el ecuador del circuito, llegamos a The Stuyck Co, abierto en diciembre de 2015. El local es alargado, con la barra y sus 14 grifos justo en la entrada, y una zona de mesas más amplia al final, donde se puede cenar tranquilamente. Decorado con gracia, destaca especialmente por su combinación de estética moderna a base de ladrillos y madera, que lo convierten en un sitio francamente acogedor. Tras un intento frustrado de tomar la Berliner Weisse de la casa, aposté por una Red Flanders, pero no una cualquiera: si en 2013 me dicen que podría estar tomando Rodenbach Alexander -cerveza clásica que no conocía el siglo XXI, recientemente relanzada- de barril en Madrid, no me lo habría creído. Para resumirlo, vendría a ser el típico craft beer bar donde ir a tomarte una buena hamburguesa con una variada oferta cervecera. Y quedarte tan a gusto.

La prometedora fachada de The Stuyck

La última parada del día era una apuesta segura. Casi en el punto de inicio del recorrido de este día 1, se encuentra otro de los grandes clásicos madrileños de los últimos años, en su segunda etapa tras haber nacido en el barrio de Chueca, en Calle Ballesta. De ser el gran y -casi- único referente cervecero tras el cierre de Animal, Irreale sigue en plena forma, siendo ese craft beer bar que enamora al militante cervecero con sus 16 tiradores, y dos plantas distintas decoradas a base de madera y objetos cerveceros. Nada nuevo respecto a una pequeña incursión que hice hace un tiempo, y todo perfecto, con una gran pizarra en la que siguen brillando grandes nombres cerveceros europeos y americanos al lado de una selección de las cervezas nacionales más populares. Bebí tan a gusto media pinta de Amager Baby Wombat from Hell, una Porter potente y sabrosa, que sirvió para cerrar la noche con clase.

Irreale, un clásico moderno

Por descanso semanal, no pude pasar por The Beer Garden, tienda reconvertida a bar tan sólo dos meses antes, y que habría encajado bien dentro del recorrido, cruzando Universidad por el norte hacia Chamberí. Pero tenía muchas ganas de visitar el nuevo local de Guille Roiz, así que quedó apuntado por si en alguna de las siguientes noches me quedaba algún hueco.

Empezó tímidamente con Irreale y, al tiempo, Fábrica Maravillas, pero el Barrio de Maravillas cuenta ahora mismo con un buen número de sitios cerveceros -no todos entraron en la ruta- de gran nivel. La zona cercana a Glorieta de Bilbao, anteriormente el epicentro de escena cervecera alternativa de la ciudad, ha ido distribuyendo su peso hacia latitudes más sureñas, hasta el punto que en el presente post escribo sobre Universidad, y no sobre Chamberí. Incluso diría que toda esta área ha cedido un poco frente al empuje de la zona de Embajadores y Cortes, con muchos locales nuevos que han ido calando entre el público cervecero. Pero no nos adelantemos, habrá tiempo en la siguiente entrega para explorarlos, en el resumen de mi segunda noche por la Capital.


Salut i birra!


Puedes encontrar más fotos de los locales visitando el álbum de Facebook: Madrid 2017.

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