27 de agosto -de 2017-
Hacía dos años que no escribía este post. Supongo que es un fiel reflejo del ajetreo personal y profesional de todo este tiempo, traducido en un periodo de escasa actividad en el blog. Pero 2017 es para mí un año de transición, que me está permitiendo recuperar fuerzas y sensaciones. Los números no engañan: a estas alturas de año, he escrito tres veces más de entradas que en todo el año pasado.
De hecho, sólo este mes de agosto he publicado más posts que en todo 2016. Naturalmente, todo tiene su truco, y es que durante este periodo de vacaciones me he dedicado a publicar una serie de entradas de lectura rápida, con un enfoque menos común dentro de la línea del blog, y que requieren de menos esfuerzo por mi parte que las habituales. Tenía ganas de escribir sobre aspectos mínimamente relacionados con el coleccionismo cervecero y cortar un poco con la seriedad, y la serie de elementos de presentación, que tendrá continuidad puntual a lo largo del curso, ha sido una buena herramienta para sacar ciertos temas sobre los que me apetecía publicar.
¿Y a qué viene todo esto, se preguntará más de uno? El 27 de agosto es el día en que, hace ya 10 años, empezó mi etapa adulta empezando a trabajar a tiempo completo como consultor financiero, emancipándome para trasladarme a vivir una temporada corta a la ciudad que cambió mi perspectiva sobre la cerveza: Bruselas. Desde entonces, y como generalmente coincide con absoluta precisión con la vuelta a la actividad habitual tras las vacaciones de verano, cada año he buscado un momento durante este mismo día para celebrar la efeméride y reflexionar sobre qué quiero hacer en mi vida, y cómo voy a conseguirlo.
Este momento reflexivo, este año, lo tuve en un animado pub galés, el Queen’s Hotel. Disponía de poco tiempo, pues tenía que atender mis obligaciones familiares, pero lo aproveché al máximo pidiéndome media pinta de una cerveza clásica inglesa que hacía tiempo que buscaba. Con mi Theakston Old Peculier en mano, y la oportuna casualidad de que justo sonaran ciertas pistas del This Is My Truth, Tell Me Yours de los Manic Street Preachers, observé mi entorno tranquilamente desde la barra en forma de semi-círculo de ese gran local al lado de la bahía de Swansea, y cargué pilas mentalmente para que este nuevo curso personal, profesional y cervecero sea muy provechoso y satisfactorio.
Cerveceramente, esta entrada da paso al octavo mes de septiembre del blog, un periodo que como siempre viene cargado de actividad, que iré comentando por aquí sin perder de vista los hechos más relevantes que vayan pasando en la industria, ni aquellos puntos más relevantes de mis vacaciones, por supuesto. Asimismo, en breve voy a hacer un pequeño viaje muy esperado, que me permitirá ahondar en mi personal obsesión por entender y vivir los vínculos entre la cerveza y la cultura popular. Que no falte de nada, y que empiece la diversión.
Salut i birra!
Veo la mantequilla flotando ahí :)
ResponderEliminarSort amb l'any de reptes!!!
Aquí había poca mantequilla; en otras, algo más :-). Gràcies Mikel!
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