Garage Beer Co...

Viernes intenso. A las 4:30h de la mañana mi ordenador ya funcionaba a pleno rendimiento para ganarle horas al día. Con dos entrevistas de reclutamiento y una presentación por terminar (y por empezar) el teórico último día laboral de la semana se presentaba entretenido. Cabía sumarle, aunque ya en el terreno del ocio, que tenía teatro con los amigos, a las 20h en Barcelona.

Fue una mañana notablemente productiva, y ya a mediodía podía anticipar que me quedaría 1 hora y media muerta durante la tarde. Muy conveniente, sin duda, que justo a las 18h hubiera la presentación oficial de un nuevo local en esa pequeña e influente zona de l'Eixample, que ya podríamos empezar a bautizar como Brewxample o Beerxample.

Un veterano como el Belchica (abierto en 2004), situado en Villaroel y con especialidad en producto belga, ha pasado a no ser precisamente un rara avis. Primero fue un restaurante referente en la cocina catalana clásica, El Racó d'en Cesc, que empezó a ofrecer menús maridados magistralmente con cerveza. Pero es que después de que abriera, en 2011, el encantador local de L’Espumossa, centrado en cerveza local y con tapitas caseras, este punto del céntrico barrio barcelonés ha visto aumentar el número de negocios relacionados con la cerveza de manera creciente: primero vino La Resistència, la extensión barística de una de las primeras tiendas de cerveza de la ciudad (Rosses i Torrades); siguió el famoso BierCab, que además recientemente amplió su negocio con su BierCab Shop en el local colindante. Pero desde hace poco han empezado también el Grizzly 72 Sports Bar, un “Brewdog Point” en medio de la Gran Vía de les Corts Catalanes; el Oma Bistró, restaurante que desde noviembre ofrece una amplia oferta cervecera en Consell de Cent; y, desde este viernes, el brewpub de la Garage Beer Co. (Y sí, el Brewdog Bar Barcelona está al caer).

Llegué un pelín antes de las 18h, pero ya se podía acceder al interior. Entrando pude ver un largo camino hacia una zona común para sentarse cómodamente, una pequeña puerta que parecía llevar a la cocina y una zona pegada a la cristalera, con una bonita barra llena de detalles personalizados con la imagen de la Garage, los 8 tiradores, pizarra con medidas y precios, y una impresionante ilustración-homenaje a Steve Huxley, maestro en su Steve’s Academy de los dos brewers que han empezado este nuevo proyecto. El local estaba vacío, y como buen amante de las barras, dejé mis cosas al lado y me senté en uno de los taburetes.

La elección fue sencilla: “pinta de Riba, por favor”. Me la sirvió Alberto, de nacionalidad italiana, que después de unos sorbos me contó un poco acerca del proyecto y de la cerveza que estaba tomando, dándome a probar también el primer lote de la misma cerveza para comparar.

La Riba es una Pale Ale que, a diferencia de lo que muchas rezan en sus etiquetas, tiene un carácter marcadamente británico. Sin ser especialmente aromática en nariz, el lúpulo se deja notar en boca, aportando un punto de amargor refrescante, que acompaña fantásticamente el trago maltoso con trazos de frutos secos, y el suave toque mantequilloso clásico. Cerveza facilona, de pub, que aunque tiene margen de mejora (ojo, estamos hablando del segundo lote) se presenta perfecta para una sesión con amigos.

Más allá de lo obvio, lo mejor que ha llevado consigo esta avalancha de locales y negocios cerveceros en Barcelona es que se está empezando a crear una cultura de pub muy interesante. Ese punto frío inicial tan típico nuestro, de los catalanes, que a veces cuesta tanto de romper parece estar en pleno deshielo en varios de estos sitios. Desde hace poco, no es infrecuente que entre en un bar cervecero sólo y acabe sentado en una mesa, o acompañado en la barra. A veces con compañeros del mundillo, conocidos de ferias o eventos variados; otra, con gente totalmente desconocida hasta el momento.

Para la ocasión, estuve con uno de cada, compartiendo una interesante charla sobre las posibilidades del sueco como idioma, una deliciosa Five Points Porter y algún tentempié que iban sacando de la cocina como muestra de la comida que ofrece el local. Al rato fuimos a ver la maquinaria, al fondo del local, de la mano de un neozelandés de nombre Vinny. Él nos contó con detalle las especificidades de ese equipo de procedencia búlgara, con una capacidad de 1.200 litros, que estaba flanqueado por 3 fermentadores isobáricos. El producto final, por ahora, se mete en los bonitos barriles negros personalizados con el logo de la Garage, con la intención de poder comercializar alguno en comercios cercanos, aunque también quieren trabajar el formato botella.

Saliendo de la sala pudimos seguir conversando sobre cerveza, aunque pronto la temática derivó en temas más personales, como la procedencia de cada uno, los acentos en los distintos idiomas o incluso, ya en otro terreno, sobre qué novelas han sido exitosamente trasladadas al cine. Un momento breve, pero de lo más interesante y enriquecedor.

En la zona común, llena de luces bajas y sofás, había mucha gente ya; la barra estaba rebosante de clientes pidiendo sus primeras pintas de Riba. A Alberto, Vinny y a los demás les quedaban unas cuantas horas de curro intenso, que seguro afrontarían con gran ilusión: es lo que tienen las premières. Desde aquí sólo desearles que perdure esta ilusión y que tengan mucha suerte en esta nueva empresa, que promete convertirse en otra parada imprescindible de la línea cervecera del Brewxample y, porque no, de toda Barcelona.

Salut i birra!

Para más información, visitar el perfil de la Garage Beer Co en Facebook, o su página web. El local se encuentra en Carrer Consell de Cent 261 de Barcelona.