Las colectivizaciones cerveceras del 36...
Hoy cedo el espacio del blog para la publicación de un interesante artículo del compañero y amigo Mikel Rius. El texto está traducido por mí mismo, de su versión original en catalán (que podéis leer aquí). Espero que sea de vuestro agrado. Salut i birra!
Foto de Toni Hervás |
"Hay que recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica, porque se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia" José Saramago.
Este pequeño escrito nace de un tweet en el perfil público de Moritz (Moritz & Historia: ¿Sabías que durante la guerra civil la Fàbrica Moritz se colectivizó?). Me recordó la lectura sobre este mismo tema en el libro "125 años de Damm" y la búsqueda posterior que hice en su día de otros casos parecidos.
Desde el mundo artesanal, demasiado a menudo se adopta un discurso crítico-agresivo con las empresas conocidas como industriales. Da para un artículo (o libro) contar el porqué tenemos que vender las bondades de nuestro producto sin menospreciar el de los demás. Sin entrar en apreciaciones de la cerveza, nadie puede negar la historia y patrimonio que tienen estas empresas nacidas a mediados del siglo XIX. No se merece el nombre de cervecero quien no se emocione visitando la Fàbrica de Moritz de la calle Sant Antoni, delante de esos depósitos de hormigón imaginando la vida de esos cerveceros de antaño.
Nuestra historia tiene muchos puntos opacos; no tanto por oscuros sino por poco estudiados. La autoorganización obrera para gestionar los medios productivos es un ejemplo más de caída en el olvido de un periodo apasionante, gracias a cerca de 40 años de franquismo y de una transición especialmente olvidadiza con todo aquello que no conviene. Sirva de ejemplo del trato que se recibía el recorte adjunto de La Vanguardia del 16 de agosto de 1941, donde se publica la noticia en el apartado "Detención de rojos" del arresto de Valerio Sorolla, acusado de formar parte del comité revolucionario de la empresa Cerveza Moritz S.A.
El ya mencionado libro de "125 años de Damm" (descarga gratuita aquí) dedica un capítulo entero al tiempo de guerra, haciendo equilibrios para evitar centrarse sólo en lo que sucedía en la realidad de la empresa y querer mantener vivo el Consejo de Administración que los antiguos propietarios mantenían ficticiamente en despachos de abogados. De todos es conocido el origen falangista de la actual familia propietaria de Damm. Aún así, y para no faltar a la verdad, tengo que admitir que me esperaba un tratamiento más tendencioso del periodo de control popular de la fábrica. Mantiene algo similar a la neutralidad; felicidades a los responsables de la edición.
Sin embargo, es difícil ser crítico con el balance de esos tres años, que podrían haber sido los más intensos y pasionales de toda la historia de la empresa. Los números de producción y ventas afirman que el año 1937 (ya en pleno control obrero) fue el de mayor producción de la historia de la empresa hasta entonces y que, una vez terminada la guerra, la fábrica seguía a punto para seguir produciendo al máximo nivel. Pero también es importante hacer una valoración social del proyecto colectivo: se igualaron salarios, fuera cual fuera la tarea desarrollada; se introdujo el seguro médico y la jubilación a los 60 años. A su vez, se creó una biblioteca, sala de deportes y comedor popular. Una plantilla de cerca de 600 cooperativistas mantuvo más de 100 salarios de compañeros que luchaban en el frente. Se establecieron vínculos con las colectivizaciones agrarias de Lleida y Aragón. Y muchas otras medidas que se encuentran en fuentes vinculadas a la memoria histórica del anarcosindicalismo (CNT). No os perdáis la historia de Benet Pasanau.
Una búsqueda a nivel de usuario aficionado no ha dado mucha luz sobre la colectivización de Moritz. En su web, se trata de una simple frase de una gran infografía. La mayoría de referencias encontradas hablan del proyecto común "Industria Maltera y Cervecera Catalana", en que se unieron Damm, Moritz y La Bohemia (maltería aún existente, que provee de malta a Damm). Pasa algo similar con otras cerveceras, en este caso españolas, como Mahou o El Águila. Es difícil encontrar información al respecto. Si alguien sabe dónde encontrar más documentación le agradeceré que lo comparta.
El futuro cervecero lo estamos escribiendo entre todos. Recuperemos nuestra historia colectiva, de la que tenemos que sentirnos orgullosos: esa época en que los obreros cogieron las riendas de sus vidas y se dedicaron a construir un mundo nuevo. Seguro, y sin lugar a dudas, que el primer trago del primer lote salido de algún fermentador rebautizado como Germinal fue el mejor trago de cerveza que nunca antes habían probado.
Mikel Rius i Vicente.
Un artículo muy interesante.
ResponderEliminarSaludos
Muy interesante, sin duda, y sería más interesante si Mikel pudiese encontrar la información que necesita.
ResponderEliminarPor otro lado, no sé si estoy del todo de acuerdo con la conclusión al final. Aumentar la producción es muy fácil, ¿pero sirvió de algo? ¿había una demanda para tanta producción? ¿cuál era la calidad de esa producción? La colectivización en sí misma no es una panacea, al igual que cualquier otro sistema. Todo termina en la calidad de la gente que dirige emprendimientos.
Pero más allá de eso, me cuesta ver un paralelo entre la colectivización de la década de 1930, en donde había claros alineamientos políticos-empresariales (y hasta cierto punto, nacionalistas), y el fenómeno micro-cervecero actual, en donde cada empresa es un mundo, con urgencias, planes y estrategias individuales--están los que montaron una fábrica para cumplir un sueño, están los que lo hicieron para escaparle a la crisis y están los que lo hicieron porque lo consideran una buena manera de hacer plata más o menos rápido. ¿Sabemos cómo se comportarían estos empresarios de estar una posición dominante comparable a la que Damm tiene hoy día?
PD: Voy a ver si encuentro ese artículo tremendamente interesante que leí hace ya rato sobre la industria cervecera española y el impacto que la guerra civil y el franquismo tuvieron sobre ella.
Ojalá Max que encuentres ese artículo. Creo que hemos sido unos cuantos que nos hemos quedado con las ganas de saber más!
ResponderEliminarY tienes razón, tal como está escrito es falaz el paralelismo de las colectivizaciones con el panorama general de hoy en día. Hablé en genérico cuando tenía en mente referenciar proyectos concretos con principios cooperativos y/o salidos de emprendedores con una cultura política social cercana a esos valores. Para mi tiene un valor extraordinario que la cervecera referente hoy en día (Naparbier) sea una cooperativa laboral, por poner un ejemplo.
La reflexión que haces de la motivación al iniciar un proyecto cervecero es más que acertada (como casi siempre). Me hace pensar mucho que alguien como tu, sin ningún conocimiento de la realidad cervecera de por aquí, sea capaz de acertar tanto en las observaciones. Indicio que no somos tan singulares y que los patrones que has podido ver en otros países y/o sectores, se repiten. O como dice el dicho, el árbol no nos deja ver el bosque y que las tendencias son más evidentes de lo que parecen.
Un abrazo amigo!
Lo encontré al artículo, vale la pena Una sola cerveza para todos los españoles.
EliminarPD: Los patrones se repiten en la mayoría de los países, y sectores.
Gracias Max, será interesante leerlo. ¡Un saludo!
EliminarGracias Max!
ResponderEliminarINTERESANTE TEXTO MIKEL, ME PILLÓ EN SU DIA EN PARIS Y HASTA AHORA NO LO HE PODIDO TERMINAR DE LEER. SALUDOS!
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