Inactividad...
(o de porqué se dice que un blog es personal)
Así es, queridos compañeros de afición y vicio. Llevo casi 30 días sin postear: algo que, salvo en los meses de verano, está absolutamente desalineado con la tendencia de esta bitácora; y con lo que yo consideraría un pequeño paréntesis.
Por el camino, posts como el resumen del 3er #FFdA o la crónica de la VIII Mostra de Mediona se han quedado pendientes, así como algunos otros que tenía planeados e incluso empezados. No os creáis que haya sido por gusto; ni penséis que estoy llevando mis hábitos contemplativos un paso más allá, rozando el límite de la pereza.
El hecho es que en mi vida ha habido, recientemente, cambios importantes, yuxtapuestos con una serie de compromisos personales y familiares que debía, y además quería, atender. Todos los cambios habidos han sido a positivo, y me han permitido enfocar mi cuarta década vital desde una perspectiva mucho más óptima y estable. Estoy feliz y esperanzado con este nuevo rumbo.
Pasado este periodo de transición espero, en muy breve, retomar progresivamente mi ritmo habitual de entradas. Justo ahora acabo de llegar de pasar muy buenos momentos con Mrs. Birraire por la castellana provincia de Burgos, gracias a la excusa que me puso a tiro la Feria El Arte de la Cerveza Sana de Aranda de Duero. Después de unas cuantas horas de volante, en vistas a empezar lo que a partir de esta próxima semana podré llamar mi "nueva normalidad", tenía la sensación de que tenía que dar alguna señal de vida desde aquí, y es por eso que escribo estas, por una vez, cortas y patilleras líneas.
Creo que nunca me había preguntado una cosa tan obvia como el por qué a un blog se le atribuye, con frecuencia, el adjetivo de personal; y es con este hiato que me doy cuenta que Birraire es, en efecto, la bitácora de una persona.
Virtualmente, o en cualquiera de los eventos que nos esperan este veranito, espero veros pronto e intercambiar impresiones como de costumbre. Salut i birra!
Así es, queridos compañeros de afición y vicio. Llevo casi 30 días sin postear: algo que, salvo en los meses de verano, está absolutamente desalineado con la tendencia de esta bitácora; y con lo que yo consideraría un pequeño paréntesis.
Por el camino, posts como el resumen del 3er #FFdA o la crónica de la VIII Mostra de Mediona se han quedado pendientes, así como algunos otros que tenía planeados e incluso empezados. No os creáis que haya sido por gusto; ni penséis que estoy llevando mis hábitos contemplativos un paso más allá, rozando el límite de la pereza.
El hecho es que en mi vida ha habido, recientemente, cambios importantes, yuxtapuestos con una serie de compromisos personales y familiares que debía, y además quería, atender. Todos los cambios habidos han sido a positivo, y me han permitido enfocar mi cuarta década vital desde una perspectiva mucho más óptima y estable. Estoy feliz y esperanzado con este nuevo rumbo.
Pasado este periodo de transición espero, en muy breve, retomar progresivamente mi ritmo habitual de entradas. Justo ahora acabo de llegar de pasar muy buenos momentos con Mrs. Birraire por la castellana provincia de Burgos, gracias a la excusa que me puso a tiro la Feria El Arte de la Cerveza Sana de Aranda de Duero. Después de unas cuantas horas de volante, en vistas a empezar lo que a partir de esta próxima semana podré llamar mi "nueva normalidad", tenía la sensación de que tenía que dar alguna señal de vida desde aquí, y es por eso que escribo estas, por una vez, cortas y patilleras líneas.
Creo que nunca me había preguntado una cosa tan obvia como el por qué a un blog se le atribuye, con frecuencia, el adjetivo de personal; y es con este hiato que me doy cuenta que Birraire es, en efecto, la bitácora de una persona.
Virtualmente, o en cualquiera de los eventos que nos esperan este veranito, espero veros pronto e intercambiar impresiones como de costumbre. Salut i birra!
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