Barcelona Beer Festival 2013: Balance Birraire (II)
Balance como responsable de Actividades:
La organización del BBF 2012, más allá de las observaciones y críticas principales del año anterior, quería avanzar en otros flancos a fin de ofrecer un festival mucho más completo, a la altura de la ciudad de Barcelona y su realidad cervecera actual. Es por ello que contactó con algunas personas a fin de atacar una serie de áreas de mejora detectadas, entre ellas las actividades paralelas al festival.
Finiquitado mi balance por delante desde atrás me dispongo, pues, a valorar el apartado de actividades del Barcelona Beer Festival, del que he sido orgulloso responsable este año.
Respecto a la edición anterior, creo que hemos avanzado de manera notable en ofrecer un buen catálogo de actividades para todos los públicos: desde el que recién empieza a interesarse por la cerveza al cervecero hardcore. El número de actividades ha crecido en un porcentaje altísimo, ofreciendo desde charlas a talleres, pasando por encuentros y degustaciones variadas; todo ello en dos salas que, lejos de ser el espacio perfecto para realizar audiciones y catas, cumplieron con su propósito en el marco de un festival de dimensiones bíblicas.
En 2013, la asistencia en las actividades ha sido en global de un 92% de las localidades disponibles, lo cual es un motivo de satisfacción para todos. Este dato contrasta con algún feedback recibido de que gran parte de las actividades carecían de interés. No podemos olvidarnos del target de cada una de éstas, ni tampoco de lo que ya apunté en el post anterior: los geeks cerveceros somos una gran minoría del público del BBF, y aunque nuestra visibilidad pueda ser mayor que la de un neófito, no todo gira a nuestro alrededor. Si es que me cabía alguna duda en este sentido, de eso me di cuenta, especialmente, al sacar a preventa unas entradas súper jugosas (para mí, claro está) y ver que su ritmo de venta fue muy inferior al resto.
Creo, además, viendo opiniones como la de los compañeros de Cervecearte, que todo el mundo podía encontrar alguna charla o degustación a su medida. No obstante, entiendo perfectamente por donde van las opiniones que reclaman otro tipo de actividades, a priori, más interesantes; y me aseguraré de que en hipotéticas nuevas ediciones se trabaje para contentar hasta a los más exigentes.
El hecho es que, os lo creáis o no, de tiempo hemos tenido el justo. Parece una broma, y yo mismo no me lo hubiera creído en el momento que tomé, con ilusión, responsabilidades en el festival, pero no disponer de un año entero para prepararlo todo te limita. En mi caso, obviamente, a parte de tiempo seguro ha faltado experiencia también, dado que hasta la fecha no había organizado muchos bebeefes, que digamos.
Entrando más al tajo, creo que el balance de las Actividades de la segunda edición del Barcelona Beer Festival debe ser positivo, en términos generales. Salvo una lastimosa excepción, cada una de las actividades programadas salió bien, con un nivel de satisfacción notable entre los asistentes. Eso no quita de que, como todos somos humanos (e inexpertos, con sólo dos ediciones a nuestras espaldas), hubo puntos mal planeados y detalles de mejorable ejecución.
A modo de ejemplo, sabemos que no era cómodo acceder a la Sala Auditori al tener que salir fuera del recinto; pero además fallaron las indicaciones para poder entrar al no disponer de letreros, y falló también nuestra cintura al no ofrecer soluciones suficientemente sólidas a dicho problema. La actividad era tan frenética dentro que tuvimos ceguera de lo que ocurría en el exterior, aunque sí procuramos tener personas que indicaran dónde se encontraba la entrada de la Sala A. Está claro que se trata de una crítica justa y justificada.
A ser cierto, en muchos momentos el trabajo de la gente que estábamos en la organización fue más de circo que de festival, convirtiéndonos en auténticos equilibristas para tratar de que todo el mundo quedara satisfecho. Uno de los casos que más bien ejemplifica este hecho es el de los horarios de actividades: se había pedido puntualidad por correo electrónico a los asistentes; se había recordado por megafonía en varias ocasiones que era importante ser puntual; y, aun así, algunas actividades empezaban tarde a fin de encontrar el equilibrio que os comentaba. Si aplicamos la puntualidad a rajatabla, estamos premiando a los cumplidores y penalizando a los "tardones"; ¿pero, como festival, queremos penalizar a alguien? Dando un margen de cortesía, solucionamos en la mayoría de casos los posibles inconvenientes de unos y otros, exigiendo algo de flexibilidad a quien había cumplido, entendiendo que todos podemos llegar un poco tarde un día u otro.
Para nosotros, lo más fácil habría sido empezar; ya habíamos avisado. Pero para el propio ponente, empezar su charla o taller con la mitad o menos de la mitad del aforo no era precisamente atractivo. Solamente el sábado por la tarde, la cortesía se convirtió en un retraso importante. Debemos pedir disculpas por ello, pues ni el cojín horario previsto entre actividades pudo amortiguar los pequeños retrasos acumulados.
Entrando en las críticas al contenido de las actividades, sólo una actividad dejó un mal sabor de boca a sus asistentes, y ésta fue el BeerCheese del sábado. Tenemos constancia de que no salió bien: primero porque lo vimos con nuestros propios ojos, y segundo por las observaciones recibidas en persona y digitalmente por parte de algunos asistentes. No nos queda más que expresar nuestras más sentidas disculpas a todas aquellas personas que confiaron en la actividad y que salieron de allí con la sensación de haber perdido tiempo y dinero.
No obstante, me parece justo destacar algo que no se ha dicho, y es que desde la organización hemos ofrecido a cada uno de los asistentes a dicho maridaje una compensación adecuada a fin de disculpar lo que, sin duda, fue una lamentable excepción: de los tres BeerCheese programados, uno tuvo una ejecución defectuosa. Con la experiencia de este año, espero que en el futuro, simplemente, no haya excepciones de ningún tipo.
En cuanto al Encuentro de Bloggers, en un nuevo ejercicio de flexibilidad, cambiamos el horario para poder satisfacer al máximo de gente. Este hecho se tradujo en que no hubiera más que una breve presentación de cada bloguero, intercambio informal de impresiones, cervecita (cervecitas, a decir verdad) de cortesía y listo. Para posibles nuevos encuentros, el programa previsto podrá llevarse a cabo; cabrá, por nuestra parte, coordinarnos mejor con posibles celebraciones de eventos paralelos al Barcelona Beer Festival que susciten el interés de las personas que son target específico de alguna de las actividades.
Finalmente, como ya pasó el año pasado, la Mesa Redonda tuvo también un claro punto a mejorar, y es la información respecto a la actividad. Aunque los paneles horarios y la guía lo anunciaban bien claro, parece que hay que hacer más hincapié en la celebración de este punto de encuentro para debatir todo tipo de temáticas en relación a nuestro panorama cervecero. Con la experiencia acumulada, ante posibles futuras ediciones, la actividad gozaría de una mayor difusión y mejor definición, algo que también valoramos como área de progreso. Creemos, no obstante, que se generó un diálogo sano e interesante respecto al avance del panorama cervecero durante el último año. Faltaron la mayoría de los presentes en 2012, pero también se acercó mucha gente nueva, aportando nuevos puntos de vista. En definitiva, lo dicho: el formato, gracias al feedback de esta edición, estamos seguros de que se podrá plantear de forma más original a futuro.
Asimismo, se me ha preguntado en ocasiones acerca del precio de las actividades, especialmente en el sentido del por qué algunas actividades como las charlas con cerveceros no son gratuitas. Aquí, ya me perdonaréis, no consigo ver el problema. ¿Son demasiado 3€ por asistir a una presentación de un cervecero en la que se ofrece una (o varias) birra de cortesía de las del festival al final del acto? Si el tema no es la pasta y es el conocer el origen del precio, yo os lo cuento.
Anticipámos (y correctamente, números en mano) que las actividades a coste cero se llenarían rápidamente, y muchas veces sin una intención incondicional de asistir a éstas. A la intención no-precisamente-incondicional de algunos, hay que añadirle el factor "que bien me lo estoy pasando aquí, y cuantas cervecicas ricas me quedan por probar". Con éstas y otras posibles variables en juego... ¿quién asistiría a las charlas? Tres euros aseguran más aforo de lo que pueda parecer, a un coste más que razonable por lo que se ofrece.
De verdad, que nadie se engañe y se piense que sacamos pasta de hacer actividades. Cualquier persona con un mínimo de uso de razón puede hacer cuatro numeritos en una calculadora de energía solar para ver que montar actividades es totalmente deficitario, siendo el objetivo de no perder dinero el más ambicioso de todos. Si nuestra intención fuera tener beneficios al montar charlas y degustaciones paralelas, sencillamente no las montaríamos. Y todo este curro que nos ahorramos.
Ya en modo conclusión, sólo me queda agradecer profundamente a cada uno de los ponentes y catadores su dedicación, entrega, y sapiencia, ya que al fin y al cabo son ellos los responsables últimos de que cada actividad programada saliera como se esperaba. No quisiera olvidarme, en clave de interna, de Luis y de Claude, que dieron la cara en todo momento sacando adelante un trabajo soberbio; facilitando una tranquilidad espiritual a los que, por no ser omnipresentes, no podíamos estar en cuerpo (aunque sí en mente) en todos los sitios a la vez.
En definitiva, mi balance particular apunta a que hay varios aspectos, algunos incluso de organización interna, que son claramente mejorables; no me cabe duda de ello. Con la grata experiencia de este año, espero estar a la altura si sigo viviendo el festival desde dentro en hipotéticos años posteriores.
Se me pidió, en la Mesa Redonda, si habría un balance del festival: números, impresiones globales y específicas, observaciones y críticas. Y como lo prometido es deuda, aquí habéis tenido mi parte, dividida en dos posts. Espero que os haya resultado interesante. A partir de aquí, creo que voy a cerrar el Barcelona Beer Festival de este año con una entrada de carácter más íntimo, relatando mis vivencias y sentimientos antes, durante y después del festival. Más allá de esto, voy a retomar la actividad normal del blog, que los contenidos a publicar se acumulan.
Salut i birra!
La organización del BBF 2012, más allá de las observaciones y críticas principales del año anterior, quería avanzar en otros flancos a fin de ofrecer un festival mucho más completo, a la altura de la ciudad de Barcelona y su realidad cervecera actual. Es por ello que contactó con algunas personas a fin de atacar una serie de áreas de mejora detectadas, entre ellas las actividades paralelas al festival.
Finiquitado mi balance por delante desde atrás me dispongo, pues, a valorar el apartado de actividades del Barcelona Beer Festival, del que he sido orgulloso responsable este año.
Respecto a la edición anterior, creo que hemos avanzado de manera notable en ofrecer un buen catálogo de actividades para todos los públicos: desde el que recién empieza a interesarse por la cerveza al cervecero hardcore. El número de actividades ha crecido en un porcentaje altísimo, ofreciendo desde charlas a talleres, pasando por encuentros y degustaciones variadas; todo ello en dos salas que, lejos de ser el espacio perfecto para realizar audiciones y catas, cumplieron con su propósito en el marco de un festival de dimensiones bíblicas.
En 2013, la asistencia en las actividades ha sido en global de un 92% de las localidades disponibles, lo cual es un motivo de satisfacción para todos. Este dato contrasta con algún feedback recibido de que gran parte de las actividades carecían de interés. No podemos olvidarnos del target de cada una de éstas, ni tampoco de lo que ya apunté en el post anterior: los geeks cerveceros somos una gran minoría del público del BBF, y aunque nuestra visibilidad pueda ser mayor que la de un neófito, no todo gira a nuestro alrededor. Si es que me cabía alguna duda en este sentido, de eso me di cuenta, especialmente, al sacar a preventa unas entradas súper jugosas (para mí, claro está) y ver que su ritmo de venta fue muy inferior al resto.
Creo, además, viendo opiniones como la de los compañeros de Cervecearte, que todo el mundo podía encontrar alguna charla o degustación a su medida. No obstante, entiendo perfectamente por donde van las opiniones que reclaman otro tipo de actividades, a priori, más interesantes; y me aseguraré de que en hipotéticas nuevas ediciones se trabaje para contentar hasta a los más exigentes.
Sala Auditori, después de un día duro. |
El hecho es que, os lo creáis o no, de tiempo hemos tenido el justo. Parece una broma, y yo mismo no me lo hubiera creído en el momento que tomé, con ilusión, responsabilidades en el festival, pero no disponer de un año entero para prepararlo todo te limita. En mi caso, obviamente, a parte de tiempo seguro ha faltado experiencia también, dado que hasta la fecha no había organizado muchos bebeefes, que digamos.
Entrando más al tajo, creo que el balance de las Actividades de la segunda edición del Barcelona Beer Festival debe ser positivo, en términos generales. Salvo una lastimosa excepción, cada una de las actividades programadas salió bien, con un nivel de satisfacción notable entre los asistentes. Eso no quita de que, como todos somos humanos (e inexpertos, con sólo dos ediciones a nuestras espaldas), hubo puntos mal planeados y detalles de mejorable ejecución.
A modo de ejemplo, sabemos que no era cómodo acceder a la Sala Auditori al tener que salir fuera del recinto; pero además fallaron las indicaciones para poder entrar al no disponer de letreros, y falló también nuestra cintura al no ofrecer soluciones suficientemente sólidas a dicho problema. La actividad era tan frenética dentro que tuvimos ceguera de lo que ocurría en el exterior, aunque sí procuramos tener personas que indicaran dónde se encontraba la entrada de la Sala A. Está claro que se trata de una crítica justa y justificada.
A ser cierto, en muchos momentos el trabajo de la gente que estábamos en la organización fue más de circo que de festival, convirtiéndonos en auténticos equilibristas para tratar de que todo el mundo quedara satisfecho. Uno de los casos que más bien ejemplifica este hecho es el de los horarios de actividades: se había pedido puntualidad por correo electrónico a los asistentes; se había recordado por megafonía en varias ocasiones que era importante ser puntual; y, aun así, algunas actividades empezaban tarde a fin de encontrar el equilibrio que os comentaba. Si aplicamos la puntualidad a rajatabla, estamos premiando a los cumplidores y penalizando a los "tardones"; ¿pero, como festival, queremos penalizar a alguien? Dando un margen de cortesía, solucionamos en la mayoría de casos los posibles inconvenientes de unos y otros, exigiendo algo de flexibilidad a quien había cumplido, entendiendo que todos podemos llegar un poco tarde un día u otro.
Para nosotros, lo más fácil habría sido empezar; ya habíamos avisado. Pero para el propio ponente, empezar su charla o taller con la mitad o menos de la mitad del aforo no era precisamente atractivo. Solamente el sábado por la tarde, la cortesía se convirtió en un retraso importante. Debemos pedir disculpas por ello, pues ni el cojín horario previsto entre actividades pudo amortiguar los pequeños retrasos acumulados.
Sala de Degustacions, antes de ser desmontada. |
Entrando en las críticas al contenido de las actividades, sólo una actividad dejó un mal sabor de boca a sus asistentes, y ésta fue el BeerCheese del sábado. Tenemos constancia de que no salió bien: primero porque lo vimos con nuestros propios ojos, y segundo por las observaciones recibidas en persona y digitalmente por parte de algunos asistentes. No nos queda más que expresar nuestras más sentidas disculpas a todas aquellas personas que confiaron en la actividad y que salieron de allí con la sensación de haber perdido tiempo y dinero.
No obstante, me parece justo destacar algo que no se ha dicho, y es que desde la organización hemos ofrecido a cada uno de los asistentes a dicho maridaje una compensación adecuada a fin de disculpar lo que, sin duda, fue una lamentable excepción: de los tres BeerCheese programados, uno tuvo una ejecución defectuosa. Con la experiencia de este año, espero que en el futuro, simplemente, no haya excepciones de ningún tipo.
En cuanto al Encuentro de Bloggers, en un nuevo ejercicio de flexibilidad, cambiamos el horario para poder satisfacer al máximo de gente. Este hecho se tradujo en que no hubiera más que una breve presentación de cada bloguero, intercambio informal de impresiones, cervecita (cervecitas, a decir verdad) de cortesía y listo. Para posibles nuevos encuentros, el programa previsto podrá llevarse a cabo; cabrá, por nuestra parte, coordinarnos mejor con posibles celebraciones de eventos paralelos al Barcelona Beer Festival que susciten el interés de las personas que son target específico de alguna de las actividades.
Finalmente, como ya pasó el año pasado, la Mesa Redonda tuvo también un claro punto a mejorar, y es la información respecto a la actividad. Aunque los paneles horarios y la guía lo anunciaban bien claro, parece que hay que hacer más hincapié en la celebración de este punto de encuentro para debatir todo tipo de temáticas en relación a nuestro panorama cervecero. Con la experiencia acumulada, ante posibles futuras ediciones, la actividad gozaría de una mayor difusión y mejor definición, algo que también valoramos como área de progreso. Creemos, no obstante, que se generó un diálogo sano e interesante respecto al avance del panorama cervecero durante el último año. Faltaron la mayoría de los presentes en 2012, pero también se acercó mucha gente nueva, aportando nuevos puntos de vista. En definitiva, lo dicho: el formato, gracias al feedback de esta edición, estamos seguros de que se podrá plantear de forma más original a futuro.
Asimismo, se me ha preguntado en ocasiones acerca del precio de las actividades, especialmente en el sentido del por qué algunas actividades como las charlas con cerveceros no son gratuitas. Aquí, ya me perdonaréis, no consigo ver el problema. ¿Son demasiado 3€ por asistir a una presentación de un cervecero en la que se ofrece una (o varias) birra de cortesía de las del festival al final del acto? Si el tema no es la pasta y es el conocer el origen del precio, yo os lo cuento.
Anticipámos (y correctamente, números en mano) que las actividades a coste cero se llenarían rápidamente, y muchas veces sin una intención incondicional de asistir a éstas. A la intención no-precisamente-incondicional de algunos, hay que añadirle el factor "que bien me lo estoy pasando aquí, y cuantas cervecicas ricas me quedan por probar". Con éstas y otras posibles variables en juego... ¿quién asistiría a las charlas? Tres euros aseguran más aforo de lo que pueda parecer, a un coste más que razonable por lo que se ofrece.
De verdad, que nadie se engañe y se piense que sacamos pasta de hacer actividades. Cualquier persona con un mínimo de uso de razón puede hacer cuatro numeritos en una calculadora de energía solar para ver que montar actividades es totalmente deficitario, siendo el objetivo de no perder dinero el más ambicioso de todos. Si nuestra intención fuera tener beneficios al montar charlas y degustaciones paralelas, sencillamente no las montaríamos. Y todo este curro que nos ahorramos.
Ya en modo conclusión, sólo me queda agradecer profundamente a cada uno de los ponentes y catadores su dedicación, entrega, y sapiencia, ya que al fin y al cabo son ellos los responsables últimos de que cada actividad programada saliera como se esperaba. No quisiera olvidarme, en clave de interna, de Luis y de Claude, que dieron la cara en todo momento sacando adelante un trabajo soberbio; facilitando una tranquilidad espiritual a los que, por no ser omnipresentes, no podíamos estar en cuerpo (aunque sí en mente) en todos los sitios a la vez.
En definitiva, mi balance particular apunta a que hay varios aspectos, algunos incluso de organización interna, que son claramente mejorables; no me cabe duda de ello. Con la grata experiencia de este año, espero estar a la altura si sigo viviendo el festival desde dentro en hipotéticos años posteriores.
Se me pidió, en la Mesa Redonda, si habría un balance del festival: números, impresiones globales y específicas, observaciones y críticas. Y como lo prometido es deuda, aquí habéis tenido mi parte, dividida en dos posts. Espero que os haya resultado interesante. A partir de aquí, creo que voy a cerrar el Barcelona Beer Festival de este año con una entrada de carácter más íntimo, relatando mis vivencias y sentimientos antes, durante y después del festival. Más allá de esto, voy a retomar la actividad normal del blog, que los contenidos a publicar se acumulan.
Salut i birra!
Muy beuna entrada. Y coincido con tus apreciaciones sobre las actividades a las que asistí. En el blog hemos colgado ya nuestros pareceres.
ResponderEliminarEspero que se nos haga caso a las recomendaciones, y el año que viene se potencien aún más las actividades... y tengas el doble de trabajo. Beber está muy bien... pero me resulta más entretenido charlar y conocer. Beber lo puedo hacer en casa, al final, pero no es habitual que venga gente tan interesante a mi salón a compartir cervezas y opiniones.
Buenas Rodrigo, gracias por tu comentario :-). No podría estar más de acuerdo con tu última apreciación. Si hay BBF14 y estoy dentro, puedes estar seguro que se habrán escuchado tus apreciaciones y las de los demás asistentes en la medida de lo posible. Se trata, en el caso que ocupa este post, de potenciar las actividades para que sean lo más interesantes posibles. Y si se tiene que currar el doble, ¡encantado de hacerlo!
EliminarUn abrazo macho.
Yo disfruté mucho de las actividades a las que fui. Birrificio del Ducato genial y cercano, Brewdog muy organizado y british, Lervig caótico y divertido, Introcata del domingo con Steve Huxley muy poca gente pero imprescindible, Freakata del sábado con Álvaro petróleos, tal vez el mejor acto a pesar del ruido. También fui a la cata de quesos del viernes aunque hay que decir que las cervezas eran una excusa para presentar los quesos Catagrullas y lo del maridaje tampoco fue el tema (que debió serlo) pero, a pesar de ser un poco caro, mereció la pena. Rubén fue un gran cicerone. Por lo que he leído de la misma cata del sábado creo que no quedaba claro que no era maridaje sino presentación de quesos. Y no fui, a pesar de estar apuntado, a la charla de Dougall's (qué pena me dio) debido a que empezó tan tarde y que tuve que ir a la freakata. Ya sabía que no podría estar en toda la charla pero sí quería ir a los 30-45 primeros minutos, pero no pudo ser. Hurrengo urtea hobeago! Mila esker antolatzaileei!
ResponderEliminarJOAN, NO CREO QUE PAGAR 3 EUROS POR UNA CHARLA CON EL PRODUCTOR SEA CARO, SI ENCIMA TE DAN BIRRA A PROBAR, ESTÁ REGALADO, BAJO MI PUNTO DE VISTA.
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