La Ronda - Mi festival ideal
Justo antes de Navidad, recibí convocatoria por correo electrónico de parte de Mikel Rius, del BBF Team, para que participara en una de las míticas rondas que, antaño, se habían organizado para discutir sobre temas relacionados con la cerveza en los blogs cerveceros en lengua castellana. No dudé ni un momento de que me apuntaría, siendo como ya era cuestión de tiempo recuperar este tipo de iniciativa vista la gran aceptación de las propuestas colaborativas que han ido surgiendo los últimos meses (#FFdA, #MCV2012, San Lúpulo y #MCN2012). Así pues, me dispongo a escribir sobre "Mi festival ideal"; entendiendo que el festival es, naturalmente, cervecero.
En primer lugar, creo que es importante diferenciar entre festival y feria. Aunque a veces utilicemos (y utilice yo sin darme cuenta) los dos términos de manera análoga, yo entiendo como festival aquel que tiene un formato mucho más parecido al de los eventos que organiza la CAMRA, con una (o varias) gran barra en la que puedes elegir entre docenas de cervezas; siendo una feria, contrariamente, una iniciativa en la que cada productor presenta sus productos en su propio stand.
Dicho esto, si el festival es puramente cervecero, creo que lo más importante, y lo que para mí es ideal, es disponer de una gran variedad de referencias en barril, y a más raras mejor. Para mí es básico que el evento cuente con cervezas difíciles de encontrar y/o que no haya probado anteriormente, ya que para beber cervezas conocidas que me gusten y pueda comprar a la tienda de la esquina, o tomar en mis bares favoritos, no hace falta ir a un sitio que probablemente no esté al lado de casa y que, además, esté petado de gente.
Un pequeño inciso: cuando digo raras, no me refiero a cervezas maduradas en la bodega del Titanic con el canto ininterrumpido de tres sirenas que se turnan cada ocho horas. Un ejemplo de cerveza rara para un festival de aquí podría ser, por ejemplo, la Pilsner Urquell sin filtrar que nos llegó hace unos meses, y que por cierto me hizo disfrutar de lo lindo. Es más, valoro más que haya cervezas suaves o altamente sesionables antes que petróleos pasados por barricas súper exclusivas: puedo tomar más, mi hígado trabaja menos y mi boca no se queda groggy ante tal avalancha de estímulos, cada vez que voy a rellenar mi vaso y me lo acerco al morro.
No está de menos añadir que, por supuesto, un buen festival debe contar con la cerveza en condiciones óptimas, y con gente detrás de la barra que sepa servirla correctamente.
Luego, el resto de aspectos son secundarios para mí, exceptuando obviamente la buena organización y los servicios mínimos (aseos, higiene de vaso, guia, fichas en lugar de dinero, etc.) que se esperan en un festival de cerveza decente. Pero como hablamos de MI festival ideal, en éste habría música en directo todo el día. Supongo que pondría a grupillos de jazz durante las horas de sol; especialmente, con el piano como instrumento principal. Ya al atardecer y más entrada la noche, algún grupo local que tuviera alguna apuesta musical interesante, y por supuesto alguna formación que hiciera buenos covers de Beatles, Kinks, Rollings o The Clash (entre otros). Algún toque de reggae tampoco me importaría durante el día. Ni alguien que tocara el sitar para finalizar la velada; pero esto último ya sería para matrícula.
El festival tendría lugar en un espacio al aire libre. Estar encerrado en una oficina día y noche durante la mayor parte de los días del año te hace apreciar más de lo que ya apreciabas el estar "fuera". ¿Que es un marrón para la organización por si a Zeus se le pone entre ceja y ceja de que llueva? Sí, ya lo sé; pero estamos dentro de la ficción de mi festival ideal, ¿recordáis? A parte, de esta manera se evitaría estar tomando cerveza y que la cosa oliera a comida, café o lo que fuera.
Y hablando de comida: si estamos tomando buena cerveza, sería contradictorio que la comida no estuviera a la altura. Un híbrido entre lo que se encuentra en Mediona (por la deliciosa carne) y el Fes-t'hi (me estoy acordando de la comida fresca de la gente de Campdelasort.cat) sería fantástico; sin vestiduras innecesarias en un evento que se centra en la cerveza.
Tengo que reconocer que en cuanto a actividades no sería muy exigente: soy de los que prefiere estar en la barra que en un auditorio. No obstante, valoraría positivamente y, probablemente, asistiría a iniciativas similares a la de la mesa redonda del BBF 2012, que reunió desde bloggers a propietarios de bares y tiendas, pasando por productores y distribuidores. Asimismo, son de mi interés algunos talleres avanzados de degustación como los de contaminaciones, lúpulos o levaduras. Y en cuanto a charlas, podría asistir a alguna que por temática o por motivo de su poniente me interesara especialmente; aunque como ya he comentado prefiero disfrutar de la cerveza, el ambiente y la gente que se congrega en este tipo de propuestas culturales.
Por último, mi parte coleccionista, que es mucho más tranquila y moderada que la cervecera, exige lo que ya se da de normal, que es que haya cristalería propia del evento. A muchos asistentes de los macro-festivales de música les gusta llevar la pulsera del festival hasta que se les cae sola por desgaste y acumulación de mugre. A mí, como asistente a ferias y festivales cerveceros, me gusta guardar el vaso/copa/jarra conmemorativa. Y a más bonita y original, mejor. ¿Y merchandising? Ya puestos que también haya, aunque no sea, para nada, importante.
Y hasta aquí mi primera participación en esta Ronda 2.0. No sé cual es el protocolo a seguir a partir de ahora, dado que no llegué a participar en La Ronda original. Me ofrezco, sin embargo, a continuar la iniciativa proponiendo algún tema para el mes que viene, caso de que nadie se decida a tomar el relevo.
Salut i ronda!
En primer lugar, creo que es importante diferenciar entre festival y feria. Aunque a veces utilicemos (y utilice yo sin darme cuenta) los dos términos de manera análoga, yo entiendo como festival aquel que tiene un formato mucho más parecido al de los eventos que organiza la CAMRA, con una (o varias) gran barra en la que puedes elegir entre docenas de cervezas; siendo una feria, contrariamente, una iniciativa en la que cada productor presenta sus productos en su propio stand.
Dicho esto, si el festival es puramente cervecero, creo que lo más importante, y lo que para mí es ideal, es disponer de una gran variedad de referencias en barril, y a más raras mejor. Para mí es básico que el evento cuente con cervezas difíciles de encontrar y/o que no haya probado anteriormente, ya que para beber cervezas conocidas que me gusten y pueda comprar a la tienda de la esquina, o tomar en mis bares favoritos, no hace falta ir a un sitio que probablemente no esté al lado de casa y que, además, esté petado de gente.
Un pequeño inciso: cuando digo raras, no me refiero a cervezas maduradas en la bodega del Titanic con el canto ininterrumpido de tres sirenas que se turnan cada ocho horas. Un ejemplo de cerveza rara para un festival de aquí podría ser, por ejemplo, la Pilsner Urquell sin filtrar que nos llegó hace unos meses, y que por cierto me hizo disfrutar de lo lindo. Es más, valoro más que haya cervezas suaves o altamente sesionables antes que petróleos pasados por barricas súper exclusivas: puedo tomar más, mi hígado trabaja menos y mi boca no se queda groggy ante tal avalancha de estímulos, cada vez que voy a rellenar mi vaso y me lo acerco al morro.
No está de menos añadir que, por supuesto, un buen festival debe contar con la cerveza en condiciones óptimas, y con gente detrás de la barra que sepa servirla correctamente.
La barra y la cerveza: protagonistas. |
Luego, el resto de aspectos son secundarios para mí, exceptuando obviamente la buena organización y los servicios mínimos (aseos, higiene de vaso, guia, fichas en lugar de dinero, etc.) que se esperan en un festival de cerveza decente. Pero como hablamos de MI festival ideal, en éste habría música en directo todo el día. Supongo que pondría a grupillos de jazz durante las horas de sol; especialmente, con el piano como instrumento principal. Ya al atardecer y más entrada la noche, algún grupo local que tuviera alguna apuesta musical interesante, y por supuesto alguna formación que hiciera buenos covers de Beatles, Kinks, Rollings o The Clash (entre otros). Algún toque de reggae tampoco me importaría durante el día. Ni alguien que tocara el sitar para finalizar la velada; pero esto último ya sería para matrícula.
El festival tendría lugar en un espacio al aire libre. Estar encerrado en una oficina día y noche durante la mayor parte de los días del año te hace apreciar más de lo que ya apreciabas el estar "fuera". ¿Que es un marrón para la organización por si a Zeus se le pone entre ceja y ceja de que llueva? Sí, ya lo sé; pero estamos dentro de la ficción de mi festival ideal, ¿recordáis? A parte, de esta manera se evitaría estar tomando cerveza y que la cosa oliera a comida, café o lo que fuera.
Y hablando de comida: si estamos tomando buena cerveza, sería contradictorio que la comida no estuviera a la altura. Un híbrido entre lo que se encuentra en Mediona (por la deliciosa carne) y el Fes-t'hi (me estoy acordando de la comida fresca de la gente de Campdelasort.cat) sería fantástico; sin vestiduras innecesarias en un evento que se centra en la cerveza.
Tengo que reconocer que en cuanto a actividades no sería muy exigente: soy de los que prefiere estar en la barra que en un auditorio. No obstante, valoraría positivamente y, probablemente, asistiría a iniciativas similares a la de la mesa redonda del BBF 2012, que reunió desde bloggers a propietarios de bares y tiendas, pasando por productores y distribuidores. Asimismo, son de mi interés algunos talleres avanzados de degustación como los de contaminaciones, lúpulos o levaduras. Y en cuanto a charlas, podría asistir a alguna que por temática o por motivo de su poniente me interesara especialmente; aunque como ya he comentado prefiero disfrutar de la cerveza, el ambiente y la gente que se congrega en este tipo de propuestas culturales.
Por último, mi parte coleccionista, que es mucho más tranquila y moderada que la cervecera, exige lo que ya se da de normal, que es que haya cristalería propia del evento. A muchos asistentes de los macro-festivales de música les gusta llevar la pulsera del festival hasta que se les cae sola por desgaste y acumulación de mugre. A mí, como asistente a ferias y festivales cerveceros, me gusta guardar el vaso/copa/jarra conmemorativa. Y a más bonita y original, mejor. ¿Y merchandising? Ya puestos que también haya, aunque no sea, para nada, importante.
Comparativa de vasos de feria/festival... |
Y hasta aquí mi primera participación en esta Ronda 2.0. No sé cual es el protocolo a seguir a partir de ahora, dado que no llegué a participar en La Ronda original. Me ofrezco, sin embargo, a continuar la iniciativa proponiendo algún tema para el mes que viene, caso de que nadie se decida a tomar el relevo.
Salut i ronda!
Tomamos buena nota! Gracias por la participación!!! :)
ResponderEliminarEspero que tomes nota especialmente del tema del sitar para poner la guinda ;-). Salut Mikel!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar"(...)valoro más que haya cervezas suaves o altamente sesionables antes que petróleos pasados por barricas súper exclusivas(...)"
ResponderEliminar"¡Exijo una satisfacción!", como esto es un espacio virtual tendrás que imaginarte que te doy un guantazo.
¿¿Pero no había otro ejemplo?? no sé... se me ocurre "valoro más que haya cervezas suaves o altamente sesionables antes que IPAS de 1 millón de iubs"
Yo, por si acaso remarco que sí valoro, por encima de todo esas Imperial Stouts y Barley Wines embarricadas de 5 chapas con las que tanto disfruté el año pasado.
¡Jajaja! Y si ataco a las de 1 millón de IBUs, los de la Cervecería que se llama así también se cabrearán :-P. Era sólo un ejemplo de lo que yo valoro por encima de otras cervezas que parece que tengan que ser imprescindibles, como las que digo o las súper lupuladas que tú comentas.
EliminarYa te pagaré alguna petrolera con los braulios (o como se acabe llamando la moneda) en el BBF para compensar mi "falta de tacto" ;-).
Que conste que esa Barley Wine embarricada de 5 chapas, con la que coincidimos por primera vez por cierto, también me hizo disfrutar de lo lindo. Pero me refería que no necesito 10 de esas en un festival de 3 días.
¡Saludos Álvaro!
¿Y AHORA QUE JOAN? ¿SEGUIMOS PONIENDO NUESTRAS OPINIONES EN NUESTROS BLOGS? ¿ESTO LLEVA UN ORDEN? ¿TIENES EL TELÉFONO DE LA SIRENA RUBIACA?
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