Cerveza en Canadá (VIII) - La Barberie
El antepenúltimo brewpub del viaje a Canadá no se hizo esperar mucho, después de la comida en L'Inox.
El mismo día, después de las visitas programadas para la tarde, teníamos un rato libre que podíamos pasar descansando en el hotel o visitando un local que contaba con buenas referencias, en cuanto a establecimiento y cerveza se refiere, en distintos sitios de internet, y que habíamos descubierto el día anterior navegando tranquilamente por la red, al llegar a Ville de Québec. No hubo dudas al respecto de cuál iba a ser la elección entre descanso y cerveza: ¡ambas!
La Barberie:
Y es que en este curioso local, descansar y beber cerveza era posible. Situado a menos de 1 km. de las calles más celebradas de la ciudad, este brewpub quebecois estaba suficientemente lejos de la muchedumbre, pero no excesivamente lejos como para que no fuera factible plantarse allí. Con esta situación, el ambiente era estrictamente local, y de gente que había ido hasta el sitio con toda la intención de tomar buena cerveza.
Así a bote pronto, me llamó la atención la bonita terraza que podía ver a medida que nos acercábamos, aunque sólo había una parejita sentada. Pero al entrar dentro nos dimos cuenta de que aún no habíamos visto la parte importante del local: el patio trasero. Travesando el interior de La Barberie de puerta a puerta, llegamos a la calle inmediatamente perpendicular a la que estábamos andando instantes antes, donde encontramos un precioso espacio con suelo de madera y árboles, lleno de gente disfrutando de un buen rato entre amigos y cervezas. Me enamoré de golpe, y fue una decepción ver que no quedaba ninguna mesa libre, aún habiendo unas cuantas-muchas tratándose de una zona poco transitada.
Por suerte, con una sincronización digna de récord en un 4x100 olímpico, una pareja decidió dar por finiquitada su sesión cervecera, cediendo su mesa al matrimonio Birraire, que no dejó escapar la oportunidad de sentarse con vistas a la pizarra que informaba del menú de cervezas propias pinchadas. Después de observar nuestras posibilidades, y sin más preámbulos, pedimos las dos primeras: Blanche Miel & Agumes y India Pale Ale Cream Ale.
La Blanche fue la de mi querida esposa, ferviente amante del trigo, que disfrutó de una cerveza muy compleja, con importantes toques especiados y alimonados, a parte de una clara incidencia de la miel utilizada en la receta. Increíble en boca, con un sutil pero sorprendente final de grosella negra, fue una de las muy gratas sorpresas del viaje.
Y si la anterior fue una de las sorpresas, la gran revelación y casi mejor cerveza fue la Barberie IPA Cream Ale. Acondicionada en cask, con un paladar suave que le daba una peligrosa bebibilidad, fue la primera cerveza con indiscutibles tendencias americanas, si bien guardaba un perfil británico importante gracias a la deliciosa base de malta con toques de frutos secos, y su final seco y "crujiente". Muy lupulada y yankee de nariz, con un recuerdo de miel, y con matices de frutas del bosque maduras. Una auténtica gozada de cerveza, disfrutada en un ambiente de auténtico lujo.
Después de mi primera cervecita, no teníamos todo el tiempo del mundo. Fue una lástima, pues me habría encantado poder tomar al menos tres o cuatro más e intentar socializarme con la gente que, con entusiasmo, se reunía en aquel mágico paraje cervecero. No fue así, y tuve que conformarme con pedir mi última cerveza, que fue la Stout au Café Equitable. Esta Coffee Stout entró genial como conclusión a nuestra visita a La Barberie, luciendo un punto menos que la Cobblestone Stout (genialidad que tomé en el primer brewpub visitado, la Mill Street Brewery), pero que con su muy apetitoso toque de café fresco en grano y el carácter floral del lúpulo utilizado (apostaría fuerte por, entre otros, EK Goldings) sirivieron de perfecta despedida de tan agradable sitio.
Antes de irnos, visité por dentro el local, fijándome en cada detalle. La verdad es que algunas partes estaban algo desordenadas: me imagino que con el buen tiempo que hacía (para los estándares de allí) prestaban entre poca y nula atención a la parte indoor, que sin embargo contaba con bonitos detalles como la preponderancia del mobiliario de madera, un par de dianas para jugar a dardos (que nunca están de más), o los tiradores con fondo de trencadís, al más puro estilo Gaudí (algo que como buen catalán fue de mi agrado).
Para mí, La Barberie Es el claro ejemplo de un sitio que sin ser precioso, ni tener una decoración exhaustivamente pensada y bien puesta para la ocasión, te enamora por el buen ambiente cervecero que se respira. La terraza de atrás es aquel sitio ideal para beber cerveza en tranquilidad que tanto cuesta encontrar a los consumidores, o recrear a los publicans. Un espacio que por si sólo te llena el local, y te consumir más cerveza por puro placer. Algo que, obviamente, viene acompañado por una situación bien pensada (o acertada de grata casualidad) y un producto de primera línea.
La única decepción del sitio fue buscar, sin éxito, que los trabajadores me contaran un par de dudas técnicas sobre la receta de las birras tomadas. It's a shame, the head brewer is not here today. Por desgracia, todos los presentes desconocían aspectos que creo que todo buen trabajador de un local como La Barberie debería conocer más que de sobras. Eso, para mí, sólo denota falta de interés en el buen producto que estás sirviendo. Una lástima. (Aunque sería injusto no destacar lo atentos que fueron en todo momento toda la gente del servicio).
Total, que ya habíamos dado con el mejor sitio para tomar cerveza del viaje. Aunque nos quedaban dos (yo, en aquellos momentos, pensaba que una) visitas a realizar, no me cabía duda de que a nivel de espacio y ambiente, La Barberie sería insuperable.
Por si no ha quedado claro, lo diré bien clarito: este brewpub es un must. Espero que os haya gustado el relato, al menos, una décima parte de lo que me gustó a mi el sitio. Salut i birra!
El mismo día, después de las visitas programadas para la tarde, teníamos un rato libre que podíamos pasar descansando en el hotel o visitando un local que contaba con buenas referencias, en cuanto a establecimiento y cerveza se refiere, en distintos sitios de internet, y que habíamos descubierto el día anterior navegando tranquilamente por la red, al llegar a Ville de Québec. No hubo dudas al respecto de cuál iba a ser la elección entre descanso y cerveza: ¡ambas!
La Barberie:
Así a bote pronto, me llamó la atención la bonita terraza que podía ver a medida que nos acercábamos, aunque sólo había una parejita sentada. Pero al entrar dentro nos dimos cuenta de que aún no habíamos visto la parte importante del local: el patio trasero. Travesando el interior de La Barberie de puerta a puerta, llegamos a la calle inmediatamente perpendicular a la que estábamos andando instantes antes, donde encontramos un precioso espacio con suelo de madera y árboles, lleno de gente disfrutando de un buen rato entre amigos y cervezas. Me enamoré de golpe, y fue una decepción ver que no quedaba ninguna mesa libre, aún habiendo unas cuantas-muchas tratándose de una zona poco transitada.
Por suerte, con una sincronización digna de récord en un 4x100 olímpico, una pareja decidió dar por finiquitada su sesión cervecera, cediendo su mesa al matrimonio Birraire, que no dejó escapar la oportunidad de sentarse con vistas a la pizarra que informaba del menú de cervezas propias pinchadas. Después de observar nuestras posibilidades, y sin más preámbulos, pedimos las dos primeras: Blanche Miel & Agumes y India Pale Ale Cream Ale.
La Blanche fue la de mi querida esposa, ferviente amante del trigo, que disfrutó de una cerveza muy compleja, con importantes toques especiados y alimonados, a parte de una clara incidencia de la miel utilizada en la receta. Increíble en boca, con un sutil pero sorprendente final de grosella negra, fue una de las muy gratas sorpresas del viaje.
Y si la anterior fue una de las sorpresas, la gran revelación y casi mejor cerveza fue la Barberie IPA Cream Ale. Acondicionada en cask, con un paladar suave que le daba una peligrosa bebibilidad, fue la primera cerveza con indiscutibles tendencias americanas, si bien guardaba un perfil británico importante gracias a la deliciosa base de malta con toques de frutos secos, y su final seco y "crujiente". Muy lupulada y yankee de nariz, con un recuerdo de miel, y con matices de frutas del bosque maduras. Una auténtica gozada de cerveza, disfrutada en un ambiente de auténtico lujo.
Después de mi primera cervecita, no teníamos todo el tiempo del mundo. Fue una lástima, pues me habría encantado poder tomar al menos tres o cuatro más e intentar socializarme con la gente que, con entusiasmo, se reunía en aquel mágico paraje cervecero. No fue así, y tuve que conformarme con pedir mi última cerveza, que fue la Stout au Café Equitable. Esta Coffee Stout entró genial como conclusión a nuestra visita a La Barberie, luciendo un punto menos que la Cobblestone Stout (genialidad que tomé en el primer brewpub visitado, la Mill Street Brewery), pero que con su muy apetitoso toque de café fresco en grano y el carácter floral del lúpulo utilizado (apostaría fuerte por, entre otros, EK Goldings) sirivieron de perfecta despedida de tan agradable sitio.
Antes de irnos, visité por dentro el local, fijándome en cada detalle. La verdad es que algunas partes estaban algo desordenadas: me imagino que con el buen tiempo que hacía (para los estándares de allí) prestaban entre poca y nula atención a la parte indoor, que sin embargo contaba con bonitos detalles como la preponderancia del mobiliario de madera, un par de dianas para jugar a dardos (que nunca están de más), o los tiradores con fondo de trencadís, al más puro estilo Gaudí (algo que como buen catalán fue de mi agrado).
Para mí, La Barberie Es el claro ejemplo de un sitio que sin ser precioso, ni tener una decoración exhaustivamente pensada y bien puesta para la ocasión, te enamora por el buen ambiente cervecero que se respira. La terraza de atrás es aquel sitio ideal para beber cerveza en tranquilidad que tanto cuesta encontrar a los consumidores, o recrear a los publicans. Un espacio que por si sólo te llena el local, y te consumir más cerveza por puro placer. Algo que, obviamente, viene acompañado por una situación bien pensada (o acertada de grata casualidad) y un producto de primera línea.
La única decepción del sitio fue buscar, sin éxito, que los trabajadores me contaran un par de dudas técnicas sobre la receta de las birras tomadas. It's a shame, the head brewer is not here today. Por desgracia, todos los presentes desconocían aspectos que creo que todo buen trabajador de un local como La Barberie debería conocer más que de sobras. Eso, para mí, sólo denota falta de interés en el buen producto que estás sirviendo. Una lástima. (Aunque sería injusto no destacar lo atentos que fueron en todo momento toda la gente del servicio).
Total, que ya habíamos dado con el mejor sitio para tomar cerveza del viaje. Aunque nos quedaban dos (yo, en aquellos momentos, pensaba que una) visitas a realizar, no me cabía duda de que a nivel de espacio y ambiente, La Barberie sería insuperable.
Por si no ha quedado claro, lo diré bien clarito: este brewpub es un must. Espero que os haya gustado el relato, al menos, una décima parte de lo que me gustó a mi el sitio. Salut i birra!
Tiene muy buena pinta, y efectivamente la terraza es preciosa, y si las birras también son buenas pues que más se puede pedir?. Salud!
ResponderEliminarPues poco más :-). La terraza, como comento, es la clave de este sitio. Espacios como éste son los que te hacen salir de casa a tomar cerveza.
Eliminar¡Saludos!
La Cream Ale que te tomaste tiene una pinta estupenda.
ResponderEliminarAh!! y no te quejes con respecto a las respuestas del personal alaboral de estos sitios. Una vez que nos juntamos en la Calvin's 4 ó 5 celceros (Txema entre ellos) le preguntamos al camarero si una cerveza en concreto tenía una base de trigo. Él casi sorprendido casi incrédulo, casi derrochando su sapiencia nos dijo: "No es de trigo, es de malta!!".
Se me ha quedado grabado a fuego junto a otras anécdotas cerveceras. Lo siento, lo tenía que decir...
Brutal Teddy... Aunque conocía la anécdota (me la contó el "subastero" oficial de Celce Valencia... xD), me sigue pareciendo surrealista... jajaja!!
Eliminar¡Pues lo tuyo es mucho más grave! Jaja. Lo mío, una lástima; y más después de quedar tan encantado con La Barberie. Pero vamos, no manchó para nada una gran experiencia. Y la Cream Ale... de babeo :-).
Eliminar¡Saludos José!
Por cierto, no falla: post de Canadá, comentarios de Teddy y Pau :-).
EliminarY del tío Txema... en algunos de ellos... Yo tampoco me canso de contar la anécdota del 'camata' de Calvin's!!!!
EliminarSe me rasgan las carnes cada vez que lo pienso, no cabe duda que salidas tenía el tio...
EliminarNormal Joan, como para no hacer el comenteario pertinente, después del periplo y las cervezas..., pura envidia...
Y el tío Txema también, cierto :-). Telita lo de Calvin's. Cuando abra un bar aquí en el pueblo iré con una suculenta oferta a por él, jaja.
EliminarJoan, me has dejado una envidia terrible por esa IPA Cream Ale... Cask, lupuladita, base brit... demasiadas tentaciones en una misma frase cómo para no quedar enamorado al primer sorbo, jeje!
ResponderEliminarCómo siempre, enhorabuena por el post y por haber podido disfrutar del sitio. Ya queda menos para resolver todas mis dudas sobre esa decepción que tanto tiempo llevo esperando... ;)
Una abraçada!
Muy rica la IPA Cream Ale, sí señor :-). Habría podido seguir con ella hasta que cerraran el local. Una lástima haber tenido sólo un huequito de tarde para este buen local.
EliminarGracias por tu comentario y sí, quedan exactamente dos semanas para resolver el misterio del porqué de la decepción, jaja.
Salut!