Solidez: Crónica del II Fes-t'hi (1/2)
Con todo, me planté a Vilanova i la Geltrú a las 11:30, aparcando en una tranquila zona de esta ciudad garrafina, que por segundo año albergaba el Festival de Cerveses d'Hivern. Como ya conté en el post de introducción, este año la ubicación no era la misma que en la pasada edición, cambiando de zona y de pabellón con la intención (me imagino) de poder recibir debidamente un mayor número de aficionados a la cerveza.
Al llegar, vi que la zona de comida se había situado, en su mayor parte, fuera del recinto. "Bien", pensé recordando el año pasado; pero como ya habría tiempo luego para ver la oferta gastronómica, no dudé en entrar rápidamente para hacerme con mi vaso y guía y, así, empezar la jornada. A bote pronto, la impresión fue de un espacio enorme y moderno; algo frío si lo comparamos con el del año anterior, pero con unas dimensiones y una distribución fantástica para que todo el mundo gozara de la comodidad a la que no deberíamos renunciar nunca en este tipo de eventos.
Resumidamente: había un espacio central con mesas, la carpa de recibimiento de visitantes y la mesa para el disc-jockey. Alrededor, perfecto para pasear en círculos por la gigantesca sala polivalente, los stands de los cerveceros estaban en formación ya listos para atender a los sedientes asistentes... O no tan listos en algún caso, ya que los dos primeros intentos de empezar mi Fes-t'hi particular fueron fallidos al no encontrar ni a Carlos (Agullons) ni a la gente de Dougall's en sus respectivos sitios para rellenar la preciosa copa de este año con la Sant Joan de uno, o la nueva Pilsner de los cántabros (la Raquera).
Llevaba un buen rato paseando, pensando cuál sería el mejor movimiento. Y fue después de saludar a Jordi Poblador que, sin renunciar a mi arranque suave, tomé una 08018 Clot para abrir boca (que me imagino la mayoría ya conoceréis). Aproveché la ocasión para reservarme una botella de la edición especial 08800 Vilanova Ambar & Vainilla que Birra08 había elaborado para la ocasión.
Introducción completada, renunciando a mi planificación inicial y apostando por la improvisación, viendo como es normal en una feria invernal que no era un día para cervezas suaves, fui a ver a un par de hermanos que tenían preparada alguna que otra novedad interesante. Había llegado el momento (muy temprano) de probar la colaboración de Marina con los ingleses BrewWharf, la Black Cat RyePA una ale de 5,7% ABV con centeno que, desgraciadamente, me costó mucho calentar para tomarla a la temperatura ideal.
Finalmente, con una nariz ya potente y con los suaves matices maltosos de los que el frío quería privarme, me dispuse a catarla correctamente. De color negro inapelable, con una espumita cremosa y de burbuja notoria, similar a la de cervezas acondicionadas en cask. De lúpulo directo y afrutado en el aroma, su perfil oscuro permanecía en segundo plano, dejando todo el protagonismo a las frutas cítricas y exóticas que juntaban esfuerzos para generar atractivas sensaciones nasales. Pero en la boca la tendencia se invertía, con unas maltas oscuras desatadas que dejaban notas de cereal bien tostado, suaves toques de caramelo y chocolate, así como de levadura, y la presencia más testimonial del lúpulo, que se pronunciaba básicamente al final, con leves puntos afrutados y, especialmente, un retrogusto notablemente herbáceo. El paladar de la cerveza era muy suave, dando una bebilidad peligrosa a la cerveza para quien la quisiera degustar con tranquilidad.
Aunque hecha a mi gusto el perfil de lúpulo habría sido más britanizado, cabe celebrar nuevamente las empresas de Marina con otros cerveceros, que tantas alegrías nos dan a sus fervientes seguidores. Espero que sus escapadas por las islas británicas no cesen.
Después de una cerveza así, os preguntaréis, ¿qué más se puede tomar? Pues eso mismo me preguntaba yo, porque el listón estaba alto, y mi boca condicionada por la potencia de la BlackCat. Pero tras un buen trago de agua me dispuse a visitar una zona del pabellón en la que podía divisar un stand con barriles y un tipo con rastas que dialogaba con un atento grupo de personas.
¿Barriles? ¿Rastas? Este mismo comentario hice a los Caçadors, con quienes había estado hablando justo un momento antes, y no tuvieron la más mínima duda de cuál era mi dirección. Saludé a Carlos Rodríguez después de un tiempo sin verle, y con curiosidad le pregunté por la Sant Joan, que ya decoraba mi vaso con su color dorado intenso y brillante. Tenía curiosidad por descubrir qué la diferenciaba de la Edgard, al ser ambas Pale Ales monovarietales de Cascade; para descubrir que se trataba de la misma cerveza, fermentada cada una con una levadura distinta.
¡Y que diferente estaba! Curioso como cambiaba el color respecto de su hermana, así como la sensación generalizada. La levadura líquida utilizada (American Ale) le había otorgado una integración de sabores mucho mayor, resultando en una cerveza redonda y suave, para beber en cantidades generosas y sentir esas melosas notas a melocotón y, levemente, de pomelo junto con puntos herbáceos y esa base de malta que acompaña firme, pero sin querer reinar. El trago, más que fácil, estaba chupado, haciendo de la Sant Joan una apetecible cerveza de sesión para hopheads.
Ciertamente, la disfruté un montón. Pero cabía ser prudente y no perder de vista un detalle importante: Ales Agullons había traído el arsenal de cervezas especiales con el que ya parece que nos va a obsequiar en cada edición de esta tan-prontamente-imprescindible feria cervecera que es el Fes-t'hi. Consecuentemente, me asegure una botella de cada una de las referencias que adornaban unas cajas de madera que observaban en reposo el calmado transcurso del evento.
No quería perderme la oportunidad de probar las cervezas del Birrificio Italiano, los invitados de este año a la feria, y más viendo con curiosidad que presentaban, especialmente, cervezas de baja fermentación como su principal baza. De manera que me fui a conocer esta veterana micro italiana (si la comparamos con las nuestras, claro está) y tuve un momento de duda en el momento de pedir. Leyendo la guía del Fes-t'hi, sin embargo, vi claramente qué cerveza había que elegir, y es que la Imperial Pils estaba elaborada con lúpulo verde (encima Tettnang Tettnanger), utilizado 12 horas después de su cosecha. Probé en Gales una cerveza experimental con lúpulo verde y me dejó sin palabras; y tenía ganas de degustar una referencia comercial de green hopped beer después de ello.
Y nuevamente, aunque pueda parecer mentira, me quedé mudo... pero como ya he recuperado el habla os lo voy a contar. Al oler la cerveza pedí inmediatamente, como si de una reacción medular se tratara, dos botellas más. Parecía insorteable, con sólo medio segundo de inspiración de su Imperial Pils, probar más cosas de esta gente; y en casa se antojaba ideal. Acto seguido, quise aislarme, abriéndome paso hacia las mesas centrales mirando desconfiadamente a cada persona que se cruzaba por mi camino, que parecía querer arrebatarme aquel tesoro.
Con cautela, llegué a una silla y me senté. Acerqué el hocico a la copa y, nuevamente, mi mirada se desenfocó. Atrevido, procedí a probar tan aromático elixir, y no pude reprimirme de expresar en voz alta mi asombro, admiración, estupefacción y absoluta hilaridad ante lo que tenía delante. Como aquel que le pega un bocado a una seta recién cortada, el Tettnanger se apoderó de mis sentidos, conquistando mi paladar con su frescor extremo y aquel carácter floral, ligeramente herbal y especiado que imprimía en ese delicioso caldo. Pero tan noble y caballeroso lúpulo, no obstante, dejaba sitio para que las brillantes notas de cereal tuvieran también oportunidad de expresarse, quedando una cerveza amarga, pero compensada y totalmente reconocible como Pilsner; si bien exprimida al máximo en cuanto a sensaciones organolépticas, que para nada eran sutiles. ¡Y que aspecto! ¡Y que paladar! Goce máximo justo antes de empezar a plantearme ingerir algún tipo de alimento sólido.
En este punto, salí del pabellón y, después de unos minutos de observancia, pedí lo que constituiría mi comida del día en la parada de la gente de Campdelasort.cat: una coca de romescu y calçots, y un pincho de huevo ecológico. Comí con Jordi, comentando la jugada mientras devoraba los deliciosos víveres adquiridos.
Me quedaban pocas horas por delante. Mi coche-cama sólo iba a cumplir con sus labores de transporte en ese cálido sábado de diciembre, así que no podía pasarme de frenada a la hora de dejar de consumir. Y bien...
A fin de no hacer insoportable este relato, mañana seguiré con mi experiencia en el Fes-t'hi 2012. Como ya es habitual, no hubo tiempo para probar todo lo que uno quería; y de hecho no pude ni cumplir con los mínimos deseados. Pero lo degustado fue una maravilla, rozando un nivel tan alto que no tuve duda alguna para hablar de solidez en esta serie de dos posts dedicados a este consolidado evento cervecero. Así que, por hoy, lo dejo aquí. Espero que os parezca interesante seguir leyendo mi crónica mañana martes.
Salut i birra!
Ir con un plan de cata a estos sitios y conseguir cumplirlo completo es mision casi imposible, en algún momento se tuerce si o si.
ResponderEliminarMenuda pinta tienen las cervezas que cuentas, parece que aprovechaste bien el día...
No podría estar más de acuerdo con tu primera afirmación :-). Lo importante, como digo en el siguiente post, es disfrutar de la gente también; y si tomas una o dos menos, que se le va a hacer.
EliminarEl día estuvo bien aprovechado, y además me llevé un variopinto botín a casa que servirá para pasar unas buenas fiestas. ¡Saludos!
Aunque lo pasamos realmente bien en Birra Segura, no te voy a negar la enorme envidia que me ha generado tu post sobre el Fes-t'hi. Numerosas cerveceras y producciones interesantes, y no menos atrayentes algunas de las gentes que hay detrás de algunas elaboradoras... En fin, que espero con ganas tu segunda parte. Salut company!
ResponderEliminarP.D. En cuanto a lo de "recorrerse 4 comarcas"... me voy a contener el comentario al respecto, quejica acostumbrado a tener mil referencias cerveceras pegadas a casa!!! Teniendo a más de 2 horas en carretera como nos quedaba a algunos dirección sur el Birra Segura, no estás para quejarte, jejeje!
P.D.2. Cómo te he contado, he dado buena cuenta de las Birrificio Italiano en pleno centro de Valencia y sentado al lado del maestro cervecero... una pasada!!!
Me imagino que tenías parte de tu cabeza en Vilanova, pero leyendo tu post de Birra Segura no me cabe duda de que regasteis debidamente vuestras sedientes golas :-).
EliminarEn cuanto a lo de las comarcas, era sólo para contextualizar un poco, ¡no para quejarme! Me gusta hablar del territorio, aunque sea de paso, en mis posts :-P. No me quejo, para nada, de la suerte que tengo en cuanto a situación, especialmente considerando que tengo dos de mis productores favoritos a menos de 40 minutos de casa.
Me alegro que finalmente te animaras a probar las birrificias. Yo quedé encantado, y ya tengo ganas de sacar la bonita chapa de las dos botellas que me quedé para verificar si todas se rigen por el mismo grado de exigencia.
Salut Pau!
Has conseguido que hasta a un ortodoxo como yo le apetezca tomarse esa pilsner fresh hopping.
ResponderEliminarDa gusto lo bien que escribes.
Jajaja, me alegro de que Don Crudos piense en tomar una cerveza doradita y cristalina después de leer un post mío.
EliminarY sobre lo de escribir, te agradezco mucho el comentario. Da gusto invertir las horas de ocio en ello para recibir este tipo de feedback :-).
¡Saludos Álvaro!
1º- UN PLAN DE CATA NO SE PUEDE TORCER.
ResponderEliminar2º- LA LEVADURA NO INFLUYE EN EL SABOR.
3º- QUE ASCO DE CERVEZAS HAS BEBIDO.
4º- NO QUIERO QUE ME TRAIGAS NUNCA CALÇOTS PARA PROBARLOS.
5º- QUE ASCO ME DAN TUS ARTÍCULOS.
AHORA GIRAS EL DISCO AL REVES PARA CAMBIAR LO NEGATIVO POR POSITIVO Y VERÁS EL MENSAJE NO-SATÁNICO JAJAJAJAJA.
VOY A POR EL SEGUNDO....
Comentario marca de la casa ;-). Un abrazo Jorge, y gracias por el mensaje satánico y el no satánico, jajaja.
Eliminar