Gales, ese gran olvidado (4ª Parte)...
(este artículo apareció en el número 5 de la Gacetilla Cervecera)
A modo de epílogo de mis aventuras por Gales, me gustaría dar una última pincelada para que todo el mundo pudiera obtener una imagen fiel de la cultura cervecera de esta remota región británica. En este sentido, me gustaría hablar sobre la Campaign for Real Ale (CAMRA) y de como los ejes de su acción en pro de la Real Ale han repercutido, por lo que he podido vivir, en el día a día de los galeses que beben cerveza (que a nadie se le escapa que son la amplia mayoría).
Una de las interesantes publicaciones de CAMRA. |
Me sorprendió comprobar cuantos galeses eran socios de CAMRA, y como todos ellos tenían un hueco en su cartera para el carné, que me en señaban orgullosos como si de un premio se tratara. Me comentaban todas las ventajas que tenían por ser socios y lo bueno que era pertenecer a una organización que actúa como incansable lobby a favor de la cerveza y los cerveceros. Si bien personalmente pienso que algunas de las ideas de CAMRA son un tanto radicales y matizables en varios casos, valoro el papel importantísimo que ha tenido para la promoción de la cerveza y los efectos colaterales que toda su acción ha provocado.
Reflexionando alrededor de esta organización, me di cuenta de cómo había afectado en el funcionamiento de la sociedad galesa, en la que se puede notar un mayor calado de las ideas de la CAMRA que no, por ejemplo, en Inglaterra. De hecho, en todos los pubs que estuve me sirvieron Real Ale; ¡hasta en los estadios de rugby tenían cerveza en cask! Tal como ya comenté en la segunda parte de esta serie de artículos, en Gales, por lo general, sólo quieren cerveza "de la de verdad".
En los supermercados (dejando a parte tiendas especializadas) quedé pasmado ante la variedad de
cervezas propias e internacionales, muchas de ellas pudiéndose considerar artesanales. En las casas de
mis amigos, si bien presencié algún síntoma de relajación de los estrictos criterios de la CAMRA, por lo general había buena y variada cerveza, además de vastas colecciones de vasos de Festivales CAMRA guardados como auténticos tesoros.
A modo de apunte final, y hablando de festivales, no pude irme de Gales sin prometer a mis amigos
que mi siguiente visita sería durante uno de los mejores festivales cerveceros galeses, del que me habían contado auténticas maravillas. Como soy un hombre íntegro, no voy a fallar a una cita como esta, que espero que dé para una "segunda temporada" de mis aventuras por Gales.
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