De vuelta por la Capi...
La esquina favorita de muchos cerveceros madrileños... |
Motivos laborales me han traído de nuevo por Madrid, donde voy a pasar una larga temporada. A fin de aclimatarme bien y hacer mi estancia lo más cervecísticamente provechosa, he cogido el hotel en una zona interesante, cerca de Bilbao. Esta área se ha erigido como la referencia cervecera de la ciudad, con cervecerías de primera y un sinfín de locales que se han contagiado del halo cervecero y apuestan por una carta más o menos extensa de cervezas, especialmente de importación.
Así pues, dado que pude salir más o menos a una hora decente del curro y que el día siguiente era festivo en Madrid (la Almudena) tenía la intención de poner un "tick" al lado de dos cervecerías que hace tiempo que quiero visitar y que, por un motivo u otro, aún no había podido. Estoy hablando de la Cervecería Europa y de Oldenburg.
Mi idea inicial era cenar de menú en Europa, pero la lista de espera me hizo cambiar de planes. Así, y después de ver que en Oldenburg no se cabía, me dirigí con mi compañero "cocacolero" Cristian al nuevo local de Oldenburg, una calle más abajo que la cervecería original. Este nuevo local dispone de unas dimensiones mayores, si bien tampoco cabe mucha gente. Me gustó mucho el ambiente, que recrea bastante el del original, con una fachada casi tan atractiva pero con mayor espacio dentro, magnificado además por el hecho de que las estanterías y paredes no están embutidas de material de breweriana (que en ningún caso significa que no haya). Por mi gusto huele un poco demasiado a comida, pero uno se acostumbra y, viendo las posibilidades que da la carta, se olvida rápido.
Pudimos comer una decente salchicha Nuremberg, con sauerkraut y patatas de acompañamiento. Lo mejor, sin embargo, y como no podría ser de otra forma, fue la cerveza. Dado que mi horizonte laboral me permitirá tantas visitas como me apetezcan, no tuve la presión de tener que probar todas las cervezas que me dejara el cuerpo, y pude, calmadamente, beber las justas y necesarias y tomar mi decisión con juicio. Así, la noche sería de temática alemana.
Empecé por una Andechs Spezial Hell, una Helles muy refrescante, de nariz apagada pero boca intensa y sabrosa; muy rica. Seguí con otra Andechs, aprovechando que hasta la fecha no había encontrado esta marca en ningún otro sitio; en este caso, pedí la Doppelbock. Me pareció muy buena cerveza, seguramente la lager más afrutada que he podido tomar hasta la fecha. Una buena referencia para que la gente crítica con las cervezas de baja fermentación se replantee su posición.
Decidí tomar una tercera y listo, y pude degustar un cervezón mayúsculo, que hacía tiempo que quería probar dada mi admiración por las Eisbock: Aventinus Weizen-Eisbock de Schneider. A quien la haya probado me imagino que le sobrará cualquier elogio que pueda hacer, pero es que realmente la disfruté con delirio. Se trata de una cerveza muy maltosa y dulce, con una graduación alta (12º) pero bien mezclada, con notas de caramelo, toffee, toquecitos de fruta y levadura; mucho cuerpo y muy equilibrada. Una auténtica barbaridad (lager, también ;-).
El día siguiente, después de dormir fantásticamente con mi buena dosis de lúpulo y cebada, seguí tozudo con mi intención de ir a comer en la Cervecería Europa. Primero hice una parada en Oldenburg (local original) para tomar una cervecita a modo de entrante, aprovechando que no sólo se podía entrar sino que hasta había sitio para conservar la distancia de comodidad con los demás clientes. Desde fuera impresiona mucho el Oldenburg; desde dentro es una auténtica gozada: botellas, latas y carteles por todas partes; todo lleno de joyas del coleccionismo de breweriana y, tal y como era de esperar, según me comentaron en la barra, esto es sólo la punta del iceberg.
A las 2 del mediodía el ambiente no estaba nada cargado, y se daban unas condiciones fantásticas para tomar cerveza. Pedí una Witbier, concretamente La Trappe Witte, una trapista holandesa más o menos ya conocida, que sin destacar especialmente es muy bebible y refrescante, aunque un puntillo ácida para mi gusto. Mientras bebía contemplé mi precioso alrededor y pude hojear el número 8 de la Gacetilla Cervecera en formato físico, que presidía el local desde un extremo de la barra. Es bonito viajar por España y encontrarse ejemplares de la Gacetilla lejos de casa.
Salí directo para ir a comer, pero dado que era festivo en Madrid, la Cervecería Europa estaba cerrada. Me imaginaba que cabía la posibilidad, pero dado que la zona es bastante animada no se presentaba como un gran problema, más allá de la rabia de cambiar nuevamente mis planes. Como ya me había hecho a la idea de beber una buena cerveza mientras comía, y como iba solo, volví al nuevo local de Oldenburg, esta vez para tomar una ensalada Waldorf y una salchicha blanca de Munich. Esta vez, la cerveza elegida fue la Samuel Smith India Ale, una IPA de la vieja escuela, con un carácter maltoso y notas frutales de pera y manzana. De paladar muy inglés y final bastante amargo.
Y así fue como Birraire se reencontró, medio año después, con su querida Madrid. Dado que habrá muchas más escapadas por estos y otros locales, voy a ir colgando algunas notas de cata y fotos de lo que vaya tomando.
José Luis y los tiradores de Oldenburg. Que preciosidad de local. |
PD: Como apunte final, cabe destacar que todas las cervezas que tomé en Oldenburg fueron acompañadas de su vaso oficial; un detalle que se agradece muchísimo.
(Las fotos están tiradas con el móvil... perdonar la mala calidad de algunas).
Interesantes locales... lo mejor es que los podrás disfrutar con calma, no como yo que tuve que recorrerlos a altas horas, todos de tirón.... Envidia me das!
ResponderEliminar¡Qué envidia! Como ya dije en otros blogs que hablaron de estos y otros locales de Madrid (Txema, JAB...), tengo muchas ganas de pisar territorio madrileño para conocer todos esos templos.
ResponderEliminarEn cuanto a cervezas, la Samuel Smith IPA me encanta precisamente por ser como comentas de la vieja escuela (se echan más en falta). Y la Schneider Eisbock es una auténtica pasada de cerveza, de lo mejor alemán que he probado!
Saludos!
A mí me pasó al contrario y solo pude visitar la Cervecería Europa, mientras que Oldenburg estaba chapado. Aún tengo pendiente una nueva visita para aprovechar su barra libre de cerveza de barril y comida por 25 euros, aunque no sé en qué condiciones puedo salir de esa experiencia.
ResponderEliminarEstupenda selección cervecil, por cierto, salvo La Trappe Wit que no me va demasiado las demás me parecen máximos exponentes dentro de sus estilos.
¡Saluten!
Txema, la verdad es que sí que es una suerte... alguna cosa tenía que tener el hecho de estar desplazado por trabajo :-).
ResponderEliminarPau, totalmente de acuerdo con lo de las IPAs vieja escuela. Un día hasta pude oir a un decerebrado que decía lo siguiente sobre la S.S. India Ale: "no sabe a IPA"... en fin.
ED, desconocía el tema este de la barra libre de cerveza de barril... vaya peligro! Sobre la apreciación cervecil, darte la razón sobre la Witte: realmente, podría estar más lograda. Es duro que te gusten las witbiers, porque te llevas más chascos que alegrías. De hecho me gustan todas, no sé que te estoy contando :-).
(Aclaración: Me gustan todas = Me gustan todas las cervezas = Me gustan todos los estilos).
ResponderEliminarMe alegra que venga gente que no sea de Madrid y disfrute con los locales que tenemos a nuestra disposición.
ResponderEliminarSi te apetece ponte en contacto conmigo y te enseño alguno más que está bastante decente, me explico: de Navidad, Alt, americanas, Salvator, etc, etc, etc, todas de barril.
Muchas gracias por la oferta, Teddy :-). A mi conocer nuevos locales y gente me parece parte de la gracia que tiene la cerveza, así que encantado.
ResponderEliminarRealmente Madrid dispone de locales muy auténticos para tomar cerveza: desde sitios con muchas referencias a otros que sólo tienen Mahou de barril, pero que te la tiran que da gusto. Vale la pena descubrirlos todos poco a poco.
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