11, 12 y 13... (Madrid - Parte II)
Con una dosis por igual de casualidad y suerte, tuve una nueva experiencia cervecera en Madrid. El hecho es que habíamos quedado con un compañero de trabajo para cenar en un restaurante japonés. Una vez llegados al sitio, vimos que estaba cerrado. Volvimos andando al hotel, esperando encontrar algún sitio donde nos dieran de comer, hasta que pude ver, con gran alegria, que estábamos pasando por delante de la Cervecería Seny de Calle Alcalá.
El escaparate, como se ve en la foto, deja clara la apuesta que hacen por la cerveza internacional. Si bien no disponen de rarezas, ni mucho menos, pude encontrar alguna cervecita interesante para la noche. Comimos allí unos perritos calientes acompañados de cerveza, y luego me llevé alguna para la habitación. Concretamente, me tomé una Eku 28, una Scaldis (o Bush Ambrée) y una Belzebuth (11º, 12º y 13º). Aunque esencialmente distintas, son bastante parecidas: muy fuertes y malteadas, y en general dulces. Me gustó en especial la Scaldis (que curioso que de las tres sea la belga...), con interesantes toques frutales que le daban una frescura inusual para una cerveza tan graduada.
La Cervecería Seny, por su parte, es un local de tamaño bastante reducido y con un nombre que "nos pone" a los que somos catalanes. Está bien encontrar "frankfurts" donde tomar gran variedad de cerveza (almenos habría 40 de distintas) y donde haya promociones cerveceras (por ejemplo, 3 Chimays = 1 copa de regalo). El único pero de mi experiencia estaría en el trato recibido: no me trataron mal ni mucho menos, y la comida era decente para un sitio que no es de comida, pero me molestó tener que dar 2 minutos de explicaciones sobre porqué quería quitar la chapa de las cervezas con mi abridor (demasiada insistencia en que ellos mismos me quitarían las chapas sin marca, enseñándome una chapa dañada como prueba de ello). Soy coleccionista de chapas, tengo mis manías y punto.
Y tal como dicen los anglosajones, "to be continued"...
(Entrada anterior y posteriores):
El escaparate, como se ve en la foto, deja clara la apuesta que hacen por la cerveza internacional. Si bien no disponen de rarezas, ni mucho menos, pude encontrar alguna cervecita interesante para la noche. Comimos allí unos perritos calientes acompañados de cerveza, y luego me llevé alguna para la habitación. Concretamente, me tomé una Eku 28, una Scaldis (o Bush Ambrée) y una Belzebuth (11º, 12º y 13º). Aunque esencialmente distintas, son bastante parecidas: muy fuertes y malteadas, y en general dulces. Me gustó en especial la Scaldis (que curioso que de las tres sea la belga...), con interesantes toques frutales que le daban una frescura inusual para una cerveza tan graduada.
La Cervecería Seny, por su parte, es un local de tamaño bastante reducido y con un nombre que "nos pone" a los que somos catalanes. Está bien encontrar "frankfurts" donde tomar gran variedad de cerveza (almenos habría 40 de distintas) y donde haya promociones cerveceras (por ejemplo, 3 Chimays = 1 copa de regalo). El único pero de mi experiencia estaría en el trato recibido: no me trataron mal ni mucho menos, y la comida era decente para un sitio que no es de comida, pero me molestó tener que dar 2 minutos de explicaciones sobre porqué quería quitar la chapa de las cervezas con mi abridor (demasiada insistencia en que ellos mismos me quitarían las chapas sin marca, enseñándome una chapa dañada como prueba de ello). Soy coleccionista de chapas, tengo mis manías y punto.
Y tal como dicen los anglosajones, "to be continued"...
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