Primera oportunidad...
El hecho es que había una buena excusa: la I Feria Internacional el Arte de la Cerveza Sana (FIACS, en adelante), que se celebraba en Aranda de Duero del 27 al 30 de junio. De su concepto y estructura fui informado hace varios meses directamente por la organización, que había pensado en mí para dar una charla sobre cerveza y empresas; algo que desde el primer momento entendí que se debía a la publicación de este post, que en su momento generó bastante debate, y que guardaba buena relación con la temática que querían tratar.
Me sorprendió la propuesta, a la vez que me agradó que hubieran pensado en mí. Asimismo, el concepto del evento me pareció atractivo, ya que se salía de lo habitual de montar una feria, simplemente, para el disfrute de los asistentes y las ventas de los feriantes: iba un paso más allá, con vocación de atraer a todos los profesionales del sector para hacer un intercambio de ideas y charlas, e incluso un poco de negocio si se terciaba. En conversaciones privadas con amigos y cerveceros ya había hablado, anteriormente, de esta apuesta por enfocar un evento para todos y cada uno de los profesionales de la cerveza y sus negocios paralelos, de manera que la FIACS se presentaba como una primera oportunidad para explorar dicho enfoque y también, en mi opinión, para poner un termómetro de madurez a nuestro creciente panorama.
Después de pasar parte del sábado por la tarde en la feria, y aprovechar para estrechar la mano a más de un sospechoso habitual, el domingo tuve la ocasión de compartir mesa y micro con Kike Cacicedo (Dougall's), en el marco del desayuno de trabajo "Micros: ¿arte o empresa?", hablando yo sobre la evolución del panorama microcervecero, estrategia empresarial y los distintos modelos de negocio vigentes; y él acerca del modelo Dougall's, que como ya conocía de antemano es, cuanto menos, peculiar (pero exitoso, sin lugar a dudas). Fue un placer poder dar esta charla junto a un grande como Kike, así como poder compartir impresiones antes, durante y después, con la gente que se acercó al desayuno.
Finiquitada la charla, no tardamos en coger carretera y manta de nuevo con mi mujer, pero antes pude estrechar la mano de un cervecero, Juan Cereijo, que desde Fuentenebro dará que hablar con sus cerveza Mica: unas elaboraciones que, desde mi punto de vista, no se alejan en demasía de lo que ya bebe y entiende como cerveza el cervecero burgalés medio, y que por tanto cuentan con un enfoque inicial local que puede resultar apropiado para introducir esta nueva cerveza al mercado. Será interesante seguir la evolución de este proyecto que recién empieza.
Pasada la feria, se ha hablado mucho y se ha escrito bastante acerca de cómo salió todo. Os remito a la discusión que se está llevando a cabo en el blog del compañero Rodrigo para más detalles y posibles aportaciones. Mi opinión, al ser larga, en este mismo espacio.
Tenemos una tendencia, como sociedad, a evaluar las cosas de forma booleana. Supongo que la prensa, con sus titulares cada vez más llamativos (hay que vender periódicos, chipirón), nos ayuda a que cada vez más hablemos sólo en términos de victorias o fracasos, olvidando por el medio una gama de tonalidades grisáceas que nos aportan matices y nos permiten disfrutar de sensaciones y opiniones más completas.
Sería fácil decir que la Feria fracasó por falta de público: fue desalentador para asistentes, pero sobretodo para la organización, ver que la respuesta de los aficionados a la cerveza no fue la esperada. Esto, obviamente, causó perjuicios económicos variados, empezando por los expositores, pero sin olvidar a la gente que había apostado por este nuevo formato de evento: a falta de patrocinios de magnitud, los vasos y las entradas eran responsables de que los números salieran; y dudo que se vendieran suficientes.
Podríamos aventurarnos a señalar las causas: cuatro días de feria son muchos, tal como estaba planteado el evento. Los propios organizadores lo reconocieron y apuntaban, evaluando cómo había salido todo, a que tres habría sido mejor. Yo incluso habría apostado por sólo dos días, aunque cierto es que limita mucho los espacios para las charlas y desayunos programados.
Aranda de Duero, y en un polígono sin demasiadas indicaciones para llegar al sitio, no parece tampoco el sitio ideal para una feria de estas características. De hecho, dudo de que a estas alturas haya demasiadas ciudades con capacidad para absorber el público necesario para llenar una feria como la FIACS: y es que, ya antes de ir, mi sensación es que este buen enfoque propuesto llegaba un pelín antes de lo que la realidad cervecera estatal pedía. Nuestro panorama avanza, por ahora, satisfactoriamente; pero no debemos obviar que, aunque empecemos a ver cervezas de gran nivel, seguimos siendo amateurs.
Estas reflexiones me llevan a recordar algo que ya apunté (enlaces 1 y 2) después del BBF, y que fue presente en muchas de las valoraciones con gente de fuera de la organización, pero especialmente de dentro; y es que a veces es bueno hacer un zoom out y ver las cosas con perspectiva para recordar que, realmente, seguimos siendo una minoría, una simple pandilla, las personas que nos sentimos atraídas de manera decisiva e irracional por esta bebida y su creciente evolución en nuestro panorama.
Respecto a algunas voces que critican el hecho de que los organizadores fueran "ajenos" al mundillo cervecero, a mí personalmente, la verdad, me desilusiona que se pueda pensar así. Primero, porque me imagino que hasta el día que entras en un sitio, o en un sector, eres ajeno a él: todos en algún momento lo fuimos, digo yo. Segundo, e importante, porque me caben muchas dudas de que alguien que quiera lucrarse montando eventos por la "moda de la cerveza" vaya a escoger un formato como el escogido: por ahora, inexplorado e incierto, y sin ninguna duda en pro de la industria. Si quieres hacer pasta, intentas emular lo que ya sabes que funciona.
Y que nadie piense que quiero defender, desde aquí, a la organización porque me hayan invitado a dar una charla: lo hice por amor al arte, pero especialmente por mi gran interés en ver con mis ojos el planteamiento y la estructura de una feria que apostaba, por primera vez en nuestro panorama, por ser un punto de encuentro, debate y negocio para los profesionales de este sector. Fallaron los asistentes, y probablemente la difusión no fuera suficiente o bien dirigida, pero yo por mi parte (y me consta que varios profesionales también) saqué experiencias positivas de haber asistido a la FIACS, aún no habiendo estado ni a la mitad de las horas ni actividades que me habría gustado estar. Y de lo positivo, nada hasta ahora lo había sacado en ninguna otra feria.
Para cerveceros y profesionales varios del sector sólo comentar que, en mi opinión, se ha dado una primera oportunidad para dar pasos necesarios hacia el salto de calidad que necesita la industria microcervecera en nuestro país. Habrá más oportunidades, de eso no me cabe duda; de hecho, una de las próximas citas (en septiembre) que pretende abordar este nuevo terreno por explorar es la Fira de la Cervesa Artesana de Sabadell, con la organización paralela la Setmana de la Cervesa en la misma ciudad. En Aranda, parece que no se consiguió seducir a una parte importante de la industria; seria interesante no dejar pasar otra oportunidad para juntar a todos los interesados para que esto crezca.
Me gustaría, finalmente, dar las gracias a Jorge y Marisela, por la confianza en mi persona para impartir una de las charlas, pero especialmente por haber organizado la FIACS pensando en la industria cervecera y en los cerveceros. Nadie dijo que innovar fuera empresa fácil, y la verdad es que cuando organizas un evento de magnitud te acojonan todos los factores de riesgo que entran en juego. Mis felicitaciones por vuestro esfuerzo; espero poder asistir a la segunda edición: con el mismo nivel organizativo, las mismas ganas y el público que se merece una convocatoria como la planteada.
Salut i birra!
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