3er #FFdA - Mis cervezas (2/2)...
(continúa del post anterior)
Entre la segunda y la tercera cerveza de mi tercer #FFdA pasó casi un día entero durante el cual, a parte de dormir, pude hacer una agradable excursión por los bosques de la preciosa comarca de la Garrotxa, al noreste de Catalunya.
25kms. andando, con cuestas, hacen que llegues a casa con muchas ganas de beber cerveza: uno tiene que reponer fuerzas, y siempre me ha interesado creerme plenamente aquello de que la cerveza es mejor que una bebida isotónica. Así que lo tenía a huevo para reanudar mi destape de cervezas "fonderas".
Cerveza #3 - Haandbryggeriet Cuveè #1
Antecedentes: No sería precisamente lo que en inglés se llama una thirst-quencher, que habría sido lo más lógico, a priori, después de un día de deporte y sol. No obstante, estaba ante el único momento del fin de semana que preveía totalmente tranquilo, y es por ello que decidí gozar en ese preciso instante de esta auténtica rareza de cerveza (de la que sólo han salido 330 botellas) con buena música y bien sentado en mi sofá.
Degustación: La cerveza en sí es una Sour Ale: un blend entre la Haandbryggeriet Kreklingol y la Akevitt Porter, madurado durante doce meses en un sólo barril de roble con 200 litros de capacidad. Sólo con esta información, mis papilas gustativas ya anticipaban algo descomunal; y no defraudó para nada: oscura, rubí; con una preciosa espuma tostadita marchita, presentaba una intensidad aromática que tumbaba, con notas ácidas de brett lambicus acompañadas de bayas, notas vinosas, cerezas, vainilla, roble, chocolate, toques de caramelo y un sinfín más de matices. En boca su equilibrio era vertiginoso: increíble que cada una de las sensaciones que despertaba la cerveza pudiera estar hasta su punto justo. De paladar suave, carbonatación ligera y cuerpo bastante generoso, al trago parecía querer permanecer en el recuerdo del retrogusto hasta el fin de los tiempos.
Impresiones: Cuando la adquirí, pensaba que merecía un día especial, y aunque le tenía muchas ganas pude tener la paciencia suficiente como para sacarla un tiempecito después. Creo que más claro no puedo decirlo: es la mejor Haandbryggeriet que he tomado hasta ahora, y este año estoy especialmente puesto con la cervecera noruega. Que lástima pensar que difícilmente pueda volver a probarla. Con 7,5%, una cerveza perfecta para mí. La guinda la puso el maridaje: las Variaciones de Goldberg, interpretadas por Glenn Gould.
Cerveza #4 - Emelisse Rauchbier
Antecedentes: Amo las cervezas ahumadas. Esa diferencia; esa originalidad que no tienen las demás; esa sorpresa que despiertan en la gente que aún no las conoce. Dicho esto, pocas veces tomo Rauchbiers, salvo la clásica Märzen de Schlenkerla, que me gusta beber con cierta regularidad. Ante esta falta de hábito, no encontraba el momento de darle una oportunidad a la rauch de los holandeses Emelisse, y con todo se quedó en el Fondo de Armario y casi me olvidé de ella... hasta que desempolvé mi bodeguita con la llegada del 3er #FFdA.
Degustación: De aspecto algo turbio, con "tropezones" de levadura, pero con una apetitosa espuma cremosa de larga duración. Nariz gentil, con notas claras y deliciosas de maltas rauch, un fondo de caramelo, lacón, maltas asadas y sutiles puntos de fruta cítrica y roja. En boca, estos últimos matices aparecen con más claridad de entrada, con un final muy ligeramente lupulado con recuerdos terrosos. Muy fácil de beber, con un fantástico paladar bien suave que invitaba a darle gasto sin pudor.
Impresiones: Al principio pareció simple y bien ejecutada; acabé apreciando notas realmente originales y complejas. A esta cerveza no parecía haberle hecho ningún daño la guarda, ni mucho menos. La verdad es que la disfruté como un niño, con el premio de los inesperados toques de fruta roja. Otra Emelisse más que me deja buen sabor de boca. Para el caso, además, esta birra me ayudó a hacer más ligero el rato que tuve que estar trabajando el domingo al mediodía. Facilona, facilona.
Cerveza #5 - De 7 Deugden Vlier + Fluiter
Antecedentes: Sin llegar a ser un vintage, el bagaje de esta cerveza en mi FdA era notable. Los más fieles seguidores de este blog recordaréis que pude comprarla en Amsterdam, concretamente en De Bierkoning. Me indicaron que De 7 Deugden estaban revolucionando el panorama holandés, con birras que se salían de los estándares. Con esta idea en la cabeza, la Vlier + Fluiter se había ido quedando pendiente y, finalmente, tuvo su oportunidad el domingo 2 de junio por la noche, ya camino de cumplir los dos años desde que la adquirí.
Degustación: Una vez probada, podría asegurar que se trata de una Dubbel belga con un toque acidillo, fruto del uso de bayas de saúco en su elaboración. Con un aspecto imperial e inmejorable, esta cerveza cobriza mantuvo en todo momento una preciosa espuma cremosa y compacte de color beige. De aroma acaramelado y asado, con toques a frutos rojos ácidos. Espectacularmente suave y agradable en boca, presentaba notas adicionales de lúpulo floral; bastante perfumada y melosa. Que complicado fue no tomármela de un par de tragos.
Impresiones: Una de las Dubbels más suaves y cremosas que he tomado en tiempo, con una carbonatación media-alta pero suave dentro de lo cánones generales. Presentó alguna leve nota oxidada: mi culpa por darle más tiempo de guarda del recomendado. Sin duda, me quedo con ganas de probar algo más de la cervecera de las 7 Virtudes. Una cerveza para momentos especiales, pero también para instantes sin más importancia. Un clásico reinventado.
Entre la segunda y la tercera cerveza de mi tercer #FFdA pasó casi un día entero durante el cual, a parte de dormir, pude hacer una agradable excursión por los bosques de la preciosa comarca de la Garrotxa, al noreste de Catalunya.
25kms. andando, con cuestas, hacen que llegues a casa con muchas ganas de beber cerveza: uno tiene que reponer fuerzas, y siempre me ha interesado creerme plenamente aquello de que la cerveza es mejor que una bebida isotónica. Así que lo tenía a huevo para reanudar mi destape de cervezas "fonderas".
Cerveza #3 - Haandbryggeriet Cuveè #1
Antecedentes: No sería precisamente lo que en inglés se llama una thirst-quencher, que habría sido lo más lógico, a priori, después de un día de deporte y sol. No obstante, estaba ante el único momento del fin de semana que preveía totalmente tranquilo, y es por ello que decidí gozar en ese preciso instante de esta auténtica rareza de cerveza (de la que sólo han salido 330 botellas) con buena música y bien sentado en mi sofá.
Degustación: La cerveza en sí es una Sour Ale: un blend entre la Haandbryggeriet Kreklingol y la Akevitt Porter, madurado durante doce meses en un sólo barril de roble con 200 litros de capacidad. Sólo con esta información, mis papilas gustativas ya anticipaban algo descomunal; y no defraudó para nada: oscura, rubí; con una preciosa espuma tostadita marchita, presentaba una intensidad aromática que tumbaba, con notas ácidas de brett lambicus acompañadas de bayas, notas vinosas, cerezas, vainilla, roble, chocolate, toques de caramelo y un sinfín más de matices. En boca su equilibrio era vertiginoso: increíble que cada una de las sensaciones que despertaba la cerveza pudiera estar hasta su punto justo. De paladar suave, carbonatación ligera y cuerpo bastante generoso, al trago parecía querer permanecer en el recuerdo del retrogusto hasta el fin de los tiempos.
Impresiones: Cuando la adquirí, pensaba que merecía un día especial, y aunque le tenía muchas ganas pude tener la paciencia suficiente como para sacarla un tiempecito después. Creo que más claro no puedo decirlo: es la mejor Haandbryggeriet que he tomado hasta ahora, y este año estoy especialmente puesto con la cervecera noruega. Que lástima pensar que difícilmente pueda volver a probarla. Con 7,5%, una cerveza perfecta para mí. La guinda la puso el maridaje: las Variaciones de Goldberg, interpretadas por Glenn Gould.
Cerveza #4 - Emelisse Rauchbier
Antecedentes: Amo las cervezas ahumadas. Esa diferencia; esa originalidad que no tienen las demás; esa sorpresa que despiertan en la gente que aún no las conoce. Dicho esto, pocas veces tomo Rauchbiers, salvo la clásica Märzen de Schlenkerla, que me gusta beber con cierta regularidad. Ante esta falta de hábito, no encontraba el momento de darle una oportunidad a la rauch de los holandeses Emelisse, y con todo se quedó en el Fondo de Armario y casi me olvidé de ella... hasta que desempolvé mi bodeguita con la llegada del 3er #FFdA.
Degustación: De aspecto algo turbio, con "tropezones" de levadura, pero con una apetitosa espuma cremosa de larga duración. Nariz gentil, con notas claras y deliciosas de maltas rauch, un fondo de caramelo, lacón, maltas asadas y sutiles puntos de fruta cítrica y roja. En boca, estos últimos matices aparecen con más claridad de entrada, con un final muy ligeramente lupulado con recuerdos terrosos. Muy fácil de beber, con un fantástico paladar bien suave que invitaba a darle gasto sin pudor.
Impresiones: Al principio pareció simple y bien ejecutada; acabé apreciando notas realmente originales y complejas. A esta cerveza no parecía haberle hecho ningún daño la guarda, ni mucho menos. La verdad es que la disfruté como un niño, con el premio de los inesperados toques de fruta roja. Otra Emelisse más que me deja buen sabor de boca. Para el caso, además, esta birra me ayudó a hacer más ligero el rato que tuve que estar trabajando el domingo al mediodía. Facilona, facilona.
Cerveza #5 - De 7 Deugden Vlier + Fluiter
Antecedentes: Sin llegar a ser un vintage, el bagaje de esta cerveza en mi FdA era notable. Los más fieles seguidores de este blog recordaréis que pude comprarla en Amsterdam, concretamente en De Bierkoning. Me indicaron que De 7 Deugden estaban revolucionando el panorama holandés, con birras que se salían de los estándares. Con esta idea en la cabeza, la Vlier + Fluiter se había ido quedando pendiente y, finalmente, tuvo su oportunidad el domingo 2 de junio por la noche, ya camino de cumplir los dos años desde que la adquirí.
Degustación: Una vez probada, podría asegurar que se trata de una Dubbel belga con un toque acidillo, fruto del uso de bayas de saúco en su elaboración. Con un aspecto imperial e inmejorable, esta cerveza cobriza mantuvo en todo momento una preciosa espuma cremosa y compacte de color beige. De aroma acaramelado y asado, con toques a frutos rojos ácidos. Espectacularmente suave y agradable en boca, presentaba notas adicionales de lúpulo floral; bastante perfumada y melosa. Que complicado fue no tomármela de un par de tragos.
Impresiones: Una de las Dubbels más suaves y cremosas que he tomado en tiempo, con una carbonatación media-alta pero suave dentro de lo cánones generales. Presentó alguna leve nota oxidada: mi culpa por darle más tiempo de guarda del recomendado. Sin duda, me quedo con ganas de probar algo más de la cervecera de las 7 Virtudes. Una cerveza para momentos especiales, pero también para instantes sin más importancia. Un clásico reinventado.
La sexta cerveza, que tenía en mente tomar el domingo (la V+F era, en principio, para el sábado) es la Pretty Things Fluffy White Rabbits, una "hoppy triple" como ellos mismos la llaman. Hace un año ya aposté por los gypsies de Somerville, con una Jack d'Or que me dejó encandilado. La Fluffy no creo que tarde en caer, aunque ya no entre para esta tercera convocatoria del finde cervecero virtual más patillero.
Recapitulando, este ha sido sin duda mi #FFdA más ácido hasta la fecha, algo que me doy cuenta de que podría verse superado en posteriores ediciones, dadas las características que presentan muchas de mis cervezas más añejas de mi bodeguita. Sin cervezas excesivamente mediáticas de por medio, y apostando por la originalidad, este 3er Finde Fondo de Armario ha sido francamente satisfactorio en Can Birraire.
A partir de aquí, me queda el currazo de cada convocatoria: resumir en un sólo post lo que ha dado de sí el #FFdA en casa de cada uno de los participantes. A quien no le guste leer, que no entre la semana que viene en el blog.
Foto de familia |
Recapitulando, este ha sido sin duda mi #FFdA más ácido hasta la fecha, algo que me doy cuenta de que podría verse superado en posteriores ediciones, dadas las características que presentan muchas de mis cervezas más añejas de mi bodeguita. Sin cervezas excesivamente mediáticas de por medio, y apostando por la originalidad, este 3er Finde Fondo de Armario ha sido francamente satisfactorio en Can Birraire.
A partir de aquí, me queda el currazo de cada convocatoria: resumir en un sólo post lo que ha dado de sí el #FFdA en casa de cada uno de los participantes. A quien no le guste leer, que no entre la semana que viene en el blog.
Salut i birra!
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