Barcelona Beer Festival 2013: Balance Birraire (I)
(o Por delante, desde atrás...)
Después de un intenso trabajo previo, un esfuerzo titánico de tres días y un cúmulo de emociones difíciles de describir, se hace muy complicada la tarea de sentarse a escribir nuevamente en el blog para hacer balance de la segunda edición del Barcelona Beer Festival. Desde hace dos semanas, he pensado mil maneras y varias docenas de formatos para relatar la experiencia y mis opiniones sobre el evento; y lo cierto es que sigo dudando, pero me duele ver la falta de actividad de mi bitácora estos últimos días, y al menos creo que sé por dónde empezar. Así que vamos allá.
Un posible primer punto para retomar mi actividad bloguera habitual creo que es casi imperativo: hacer un balance general (y uno específico de Actividades) de cómo ha funcionado el BBF 2013 a partir de mis impresiones: según lo vivido en primera persona, y también en base a las observaciones de otra gente con quienes he compartido charlas al respecto.
Antes de meter la bota en el charco, me gustaría dejar claro que las opiniones de esta entrada son mías individualmente, y no tienen porque representar la opinión de todos o de alguno de los miembros de la organización del BBF. Tampoco se trata de un balance "oficial" del festival. El blog es mío (sí, ya ves), y lo que exprese aquí sólo forma parte de mis sensaciones y pensamientos respecto al desarrollo del festival entre los días 8 y 10 de marzo de 2013, con un poco de background añadido para tratar algún punto concreto. Pero con mi involucración directa "detrás de la barra", que me da una perspectiva muy nueva, y mi experiencia anterior desde la parte de delante creo que puedo aportar algún bit de información adicional a lo que se ha contado hasta ahora, a parte de hacer un necesario ejercicio de autocrítica.
Balance General:
Para empezar, un buen punto a analizar es, sin duda, la capacidad de dar respuesta a los fallos del año anterior. Primero y principal: ubicación. La Cúpula las Arenas se descubrió ante todos como un escenario ideal para un festival como el Barcelona Beer Festival, con capacidad para albergar cómodamente a las 26.200 personas que pasaron durante el fin de semana. Sí, hubo colas un momentín el viernes; y algunas horas del sábado por la tarde también. Pero el aforo no puede ni debe ser indefinido. ¿Qué establecimiento ocioso-cultural no se colapsa en "hora punta" los fines de semana? El que carece de interés.
Asimismo, quiero destacar el magnífico ambiente que facilitó la Cúpula, recinto que me recordó los grandes halls de toda la geografía británica que acogen los festivales CAMRA (en los cuales se inspira el BBF). Con luz natural durante el día y luz artificial poco intrusiva durante la noche, el constante nivel atenuado de iluminación junto con la madera del techo, así como la amplitud de un espacio circular bien distribuido para el evento, fueron decisivos para que todos nos sintiéramos a gusto estando dentro. Creo que, otras consideraciones a parte, se ha encontrado un perfecto sitio para celebrar el festival.
En la primera edición, una de mis quejas en la crónica que escribí fue la dificultad de penetrar el muro de personas que se concentraban cerca de la barra, birra en mano, que impedían acceder a los tiradores con facilidad a los sedientes birraires que se desesperaban con el vaso seco. Este año, el escenario del festival fue tan amplio que permitió que hubiera grietas notables en el nuevamente-presente muro de personas, y de esta manera, salvo en el caso de los barriles que creaban unos cuantos metros de seguidores al aparecer, no había problema para que cada uno pidiera su cervecita tan buen punto le apetecía.
Otro punto caliente en 2012 fueron los servicios, que este año estuvieron a la altura del festival tanto a nivel de espacio como de higiene. A su vez, el punto de agua para lavar el vaso funcionó perfectamente, con una pequeña avería el viernes en la bomba de agua (sí, parecía que se repetía la historia) que fue solucionada en muy poco espacio de tiempo; demostrando que la lección estaba aprendida. No podía volver a pasar lo que el año anterior; y no pasó.
Hace un año, también vituperé acerca de la guía. Mi opinión es que en 2013, el librillo del BBF se ha convertido en un objeto de referencia importante durante el festival, con un nivel de edición elevado y mucha información de interés. Hay áreas de progreso, no lo dudo; pero en este campo mi sensación es que también se ha avanzado. Apunté también (pa pedir que no quede) que sería interesante que hubiera merchandising oficial del festival. Este punto fuimos varios los que lo comentamos en el Convent de Sant Agustí, viendo con ojitos golosos las sudaderas que llevaba el personal de barra. Este año, pack BBF, gorras y camisetas. Bien.
Por último, los paneles informativos de las cervezas del año pasado estaban colocados pensando en que vendrían 2.000 personas durante el festival, no 10.000; es por ello que era difícil poder acercarse para saber qué estaba pinchado en cada momento. Además, la información no era siempre 100% acurada. En 2013, la revolución llega de la mano de unos chicos vestidos con camisa blanca, tirantes y pajarita, que mantuvieron perfectamente actualizada una gran pizarra, y anunciando cada barril agotado a toque de campana para goce y disfrute de una horda de bárbaros que, con un sonoro griterío como réplica, se mostraba orgullosa de haberse pimplado un barril más.
En cuanto a observaciones negativas escuchadas y leídas, he de decir que comparto gran parte de éstas. Se ha criticado, y hago mías estas críticas también, el hecho de "dejar entrar barriles de todo el mundo" por el sólo hecho de ser locales. El BBF es de carácter abierto, y se muestra con ganas de promocionar la cerveza entre todos los públicos, apostando decisivamente por el producto nacional; la cual cosa me parece muy positiva y comparto. No obstante, sí: hay que ser más restrictivos y no obviar ciertas exigencias de calidad (y no estoy hablando de contaminaciones, pues me consta que se despinchó todo aquello que estaba en mal estado). Habrá que trabajar para buscar un equilibrio justo y razonable, así como para dar respuesta a la petición de mayor rotación de barriles, que ha sido otro de los aspectos en los que claramente se puede progresar.
Asimismo, y siguiendo en clave puramente cervecera, se ha ganado terreno en cuanto a variedad de estilos (se pueden comparar mis breves y patilleras estadísticas del año pasado con las extensivas e interesantes de Pau y Rosana este año), pero siguen faltando cervezas de baja fermentación, o estilos de corte clásico británico. Con mi perspectiva desde dentro, conozco una pequeña parte de las dificultades que conlleva conseguir según qué material, y son muchas. ¿Que si es una paradoja conseguir cervezas checas y que no haya ni una lager entre los barriles que vienen de allí? Sí. Pero nuevamente, con la experiencia ahora ya de dos años, estoy seguro que se podrá afinar más a futuro.
El servicio de la cerveza, en ocasiones, era a temperatura glacial; y la técnica y destreza de los tiradores, a veces, no muy depurada. Las temperaturas son muy jodidas, y el sistema de grifos incorpora la posibilidad de servir a distintas temperaturas; pero me imagino que es difícil acertar el barril con la temperatura ideal (cuando tienes unos cuantísimos) y en uno de los 50 tiradores. Cabrá planearlo mejor. En cuanto a calidad de la tirada... sí, un poco de experiencia o formación previa siempre puede ser útil.
Si hablamos de comida, voy a tener que creerme lo que se dice de que no estuvo a la altura, dado que los de detrás del mostrador teníamos catering propio de La Viandateca (que entró de maravilla en los escasos minutos de descanso que algunos tuvimos), y en este sentido no puedo opinar con mis propias palabras. La oferta de comida quedamos, por unanimidad, en que es mejorable; aunque también hay que tener en cuenta que no se puede esperar que dentro del recinto haya un menú de cuchillo y tenedor, ya que no es ésta la idea. Es por ello que había acuerdos y descuentos con restaurantes próximos: se tenía que salir de la Cúpula, pero ésto no supuso ningún problema para volver a entrar a la hora de la comida. De esta otra oferta no tengo muchas referencias, y sería interesante que alguien aportara algo de información para poder valorarlo.
Música. Debo confesar que si algún aspecto estaba muy abajo en la lista de preocupaciones de todos era la música de ambiente. Con tanto por hacer y vigilar, el Koala con su Opá y la versión salsera de Coldplay no sonaron en mis orejas más que un par de veces. Pensándolo en frío, la poca variedad y la baja calidad del hilo musical podían estropear parcialmente el buen ambiente de dentro. No podría estar más de acuerdo con las críticas. Habrá que pensar y buscar maneras innovadoras para mejorar este apartado, ya que como supongo que os imagináis no es tan fácil como pinchar los mp3eses bajados del eMule (o lo que se utilice en estos momentos para bajar música vía internet) si no se quieren tener problemas legales.
Me gustaría, en este punto, romper una lanza a favor de un colectivo de profesionales que siempre recibe críticas, en mi opinión por la falta de profesionalización de personas que ejercen funciones similares a las de este colectivo, pero sin una formación adecuada. Estoy hablando del personal de seguridad. Desconozco problemas puntuales, o actuaciones individuales que pudieran ser desafortunadas, pero un 10 para el equipo que garantizó en todo momento la seguridad y el control de un evento fácilmente descontrolable.
Siguiendo con lo que se ha destacado como mejorable, voy a discrepar con reservas en cuanto al tema de sillas y mesas. Para la mayoría de asistentes, el BBF fue uno de los puntos del fin de semana; un lugar de paso. Entiendo que la gente que está dos o tres días, varias horas, tiene ciertas necesidades de relajar piernas y espalda de vez en cuando, pero hay que considerar que el aforo y el espacio en el recinto se reduce si se empieza a ocupar el espacio con mobiliario diverso. Tampoco veo positivo que alguien pueda "hacerse fuerte" en un espacio con sillas y se relaje allí, mientras en algún momento otras personas se conformarían con estar dentro de pie varias horas del tirón. Además, siempre puede uno sentarse en el suelo (había espacio para hacerlo cómodamente en algún rincón), como ya hicieron algunas personas que, consecuentemente, sufrieron infecciones (aunque no severas). La otra, si me permitís barrer para casa, es acudir a algunas actividades programadas y sentarse cómodamente mientras se escucha al ponente de turno. Y más allá de coñas diversas, tampoco veo como unas pocas mesas y sillas más solucionarían el problema a todos los asistentes: siempre habría el que no pudiera sentarse y que reclamaría más zonas para reposar.
¡El vaso! Personalmente, me parece ideal para un festival de 26.200 personas, por tamaño y forma: es versátil para probar cervezas de distintos estilos a la vez que minimiza las posibilidades de que caiga y se rompa (alguien con las manos mantequillosas me aseguró que el del año pasado era más resitente, pero eso ya...). Yo también preferiría un vaso más parecido al de tulipa, y dado que soy una persona responsable no utilizaría con fines intoxicativos un vaso de pinta entera, pero las "copas" se rompen más, y las capacidades amplias fomentan el tomar más cantidad de birra en total (léase, de alcohol acumulado), con todas sus posibles consecuencias.
Ya finalizando los puntos que se han apuntado como negativos, me han comentado, y he leído, que para otros años sería bueno que hubiera los productores con sus stands. Me gustaría aclarar un tema conceptual que parece no quedar claro. El BBF es un FESTIVAL; consecuentemente, no es una FERIA. Que si se pierde el contacto con el "artesano", que si es frío, que si tal, que si Pasqual. Sinceramente, he hablado más con los productores en el Barcelona Beer Festival que en las muchas ferias a las que he asistido. En las ferias, los feriantes están currando, y por ende en eventos multitudinarios pueden dedicarte 5 minutos como mucho, si tienes suerte. En un festival están asistiendo relajados, con ganas de hablar y compartir; ¿qué mejor escenario? Sé que no están todos, y que no todo el mundo conoce a los productores, pero con esa finalidad damos identificaciones, y en el sentido de presentar a las personas entre ellas trabaja incansable la relaciones públicas del festival. Cada formato tiene sus virtudes y sus defectos; disfrutemos de la dualidad de oferta que tenemos sin exigir a las ferias ser festivales, ni a los festivales ser ferias.
Un acierto que no se destaca, y que hasta hay quien lo ve como un inconveniente, es lo de dejar entrar a la gente gratuitamente. Efectivamente, había un porcentaje de visitantes que por razones de edad o gustos personales no compró vaso ni bebió cerveza. Demostrado el hecho de que había sitio para todos los 26.200 asistentes, lo veo como una gran virtud: los geeks cerveceros no podemos olvidar que somos una minoría, a la que obviamente hay que satisfacer, pero no todo está pensado para nuestro recreo. La tarea del BBF es de difusión, y para el festival (y para la cerveza, dentro de nuestro panorama) es tan importante el que se toma 60 cervezas distintas en todo el fin de semana que la familia que entra con un bebé para que la madre o el padre pueda probar una o dos cervecitas, mientras comprueba y goza del ambiente sano y de camaradería que se respira entorno a esta bebida nuestra.
Si una cosa me ha quedado clara después del fin de semana del 8 al 10 de marzo, es que el BBF somos todos: organización y empleados, pero también cada uno de los visitantes: desde el que se pasa una hora para ver qué se cuece al que quiere estar dentro hasta cuando se monta. Es gracias a todos que podemos afirmar que se vivió un clima sano y agradable.
Por esa misma razón, me gustaría censurar a una minoría de personas que consideró, con desfachatez y talante totalitarista, que prevalecía su derecho a fumar al de las otras personas a no fumar; o en términos más graves, a la seguridad de los demás. Individualismo y falta de ciudadanía, sin duda. El hecho es que de los cuatro accesos a la Cúpula, se habilitó uno para que los fumadores pudieran hacer su pitillo entre cervezas sin tener que salir del recinto; pero en el momento de máximo apogeo (el sábado por la tarde) se tuvo que deshabilitar el espacio por razones obvias de seguridad, a fin de habilitar una segunda salida por si las moscas. Entiendo a la persona que le supone una molestia tener que elegir entre saciar sus ansias fumadoras y seguir disfrutando del festival dentro, pero ni entiendo ni quiero entender a los que se toman la justicia por su propia mano. La medida sólo fue de aplicación durante unas horas: si alguien es incapaz de aguantarse un par de horitas sin su vicio, le recomiendo con total seriedad que apueste por acudir a sesiones de rehabilitación.
Consideraciones de esta índole a parte, creo que, en general, el festival se ha gustado y ha gustado, dando una imagen global positiva e integradora, apartada de mega-fiestas y macro-botellones; colocando la cerveza como un producto cultural más en la amplia oferta de la ciudad condal: acercándola al público general, pero sin olvidar a los incondicionales. Sólo estamos ante la segunda edición, y la sensación de solidez y control que se respiró en todo momento (y que contrasta con la de la primera edición) sorprende positivamente por la magnitud del evento. Del primero al último, incluidos por supuesto cada uno de los asistentes, podemos felicitarnos por ello.
El siguiente paso, que estaba previsto para este post, será el de hacer balance como responsable de Actividades. Próximo episodio en vuestras casas, estimados lectores. Admiro la paciencia y capacidad de superación quetodos algunos mostráis al leeros mis posts enteros, y es para daros algo de descanso que no quiero alargarme más por hoy.
Hasta la siguiente entrada, ¡pues! Salut i birra!
Después de un intenso trabajo previo, un esfuerzo titánico de tres días y un cúmulo de emociones difíciles de describir, se hace muy complicada la tarea de sentarse a escribir nuevamente en el blog para hacer balance de la segunda edición del Barcelona Beer Festival. Desde hace dos semanas, he pensado mil maneras y varias docenas de formatos para relatar la experiencia y mis opiniones sobre el evento; y lo cierto es que sigo dudando, pero me duele ver la falta de actividad de mi bitácora estos últimos días, y al menos creo que sé por dónde empezar. Así que vamos allá.
Un posible primer punto para retomar mi actividad bloguera habitual creo que es casi imperativo: hacer un balance general (y uno específico de Actividades) de cómo ha funcionado el BBF 2013 a partir de mis impresiones: según lo vivido en primera persona, y también en base a las observaciones de otra gente con quienes he compartido charlas al respecto.
Antes de meter la bota en el charco, me gustaría dejar claro que las opiniones de esta entrada son mías individualmente, y no tienen porque representar la opinión de todos o de alguno de los miembros de la organización del BBF. Tampoco se trata de un balance "oficial" del festival. El blog es mío (sí, ya ves), y lo que exprese aquí sólo forma parte de mis sensaciones y pensamientos respecto al desarrollo del festival entre los días 8 y 10 de marzo de 2013, con un poco de background añadido para tratar algún punto concreto. Pero con mi involucración directa "detrás de la barra", que me da una perspectiva muy nueva, y mi experiencia anterior desde la parte de delante creo que puedo aportar algún bit de información adicional a lo que se ha contado hasta ahora, a parte de hacer un necesario ejercicio de autocrítica.
Balance General:
Para empezar, un buen punto a analizar es, sin duda, la capacidad de dar respuesta a los fallos del año anterior. Primero y principal: ubicación. La Cúpula las Arenas se descubrió ante todos como un escenario ideal para un festival como el Barcelona Beer Festival, con capacidad para albergar cómodamente a las 26.200 personas que pasaron durante el fin de semana. Sí, hubo colas un momentín el viernes; y algunas horas del sábado por la tarde también. Pero el aforo no puede ni debe ser indefinido. ¿Qué establecimiento ocioso-cultural no se colapsa en "hora punta" los fines de semana? El que carece de interés.
Asimismo, quiero destacar el magnífico ambiente que facilitó la Cúpula, recinto que me recordó los grandes halls de toda la geografía británica que acogen los festivales CAMRA (en los cuales se inspira el BBF). Con luz natural durante el día y luz artificial poco intrusiva durante la noche, el constante nivel atenuado de iluminación junto con la madera del techo, así como la amplitud de un espacio circular bien distribuido para el evento, fueron decisivos para que todos nos sintiéramos a gusto estando dentro. Creo que, otras consideraciones a parte, se ha encontrado un perfecto sitio para celebrar el festival.
En la primera edición, una de mis quejas en la crónica que escribí fue la dificultad de penetrar el muro de personas que se concentraban cerca de la barra, birra en mano, que impedían acceder a los tiradores con facilidad a los sedientes birraires que se desesperaban con el vaso seco. Este año, el escenario del festival fue tan amplio que permitió que hubiera grietas notables en el nuevamente-presente muro de personas, y de esta manera, salvo en el caso de los barriles que creaban unos cuantos metros de seguidores al aparecer, no había problema para que cada uno pidiera su cervecita tan buen punto le apetecía.
Otro punto caliente en 2012 fueron los servicios, que este año estuvieron a la altura del festival tanto a nivel de espacio como de higiene. A su vez, el punto de agua para lavar el vaso funcionó perfectamente, con una pequeña avería el viernes en la bomba de agua (sí, parecía que se repetía la historia) que fue solucionada en muy poco espacio de tiempo; demostrando que la lección estaba aprendida. No podía volver a pasar lo que el año anterior; y no pasó.
Hace un año, también vituperé acerca de la guía. Mi opinión es que en 2013, el librillo del BBF se ha convertido en un objeto de referencia importante durante el festival, con un nivel de edición elevado y mucha información de interés. Hay áreas de progreso, no lo dudo; pero en este campo mi sensación es que también se ha avanzado. Apunté también (pa pedir que no quede) que sería interesante que hubiera merchandising oficial del festival. Este punto fuimos varios los que lo comentamos en el Convent de Sant Agustí, viendo con ojitos golosos las sudaderas que llevaba el personal de barra. Este año, pack BBF, gorras y camisetas. Bien.
Por último, los paneles informativos de las cervezas del año pasado estaban colocados pensando en que vendrían 2.000 personas durante el festival, no 10.000; es por ello que era difícil poder acercarse para saber qué estaba pinchado en cada momento. Además, la información no era siempre 100% acurada. En 2013, la revolución llega de la mano de unos chicos vestidos con camisa blanca, tirantes y pajarita, que mantuvieron perfectamente actualizada una gran pizarra, y anunciando cada barril agotado a toque de campana para goce y disfrute de una horda de bárbaros que, con un sonoro griterío como réplica, se mostraba orgullosa de haberse pimplado un barril más.
En cuanto a observaciones negativas escuchadas y leídas, he de decir que comparto gran parte de éstas. Se ha criticado, y hago mías estas críticas también, el hecho de "dejar entrar barriles de todo el mundo" por el sólo hecho de ser locales. El BBF es de carácter abierto, y se muestra con ganas de promocionar la cerveza entre todos los públicos, apostando decisivamente por el producto nacional; la cual cosa me parece muy positiva y comparto. No obstante, sí: hay que ser más restrictivos y no obviar ciertas exigencias de calidad (y no estoy hablando de contaminaciones, pues me consta que se despinchó todo aquello que estaba en mal estado). Habrá que trabajar para buscar un equilibrio justo y razonable, así como para dar respuesta a la petición de mayor rotación de barriles, que ha sido otro de los aspectos en los que claramente se puede progresar.
Asimismo, y siguiendo en clave puramente cervecera, se ha ganado terreno en cuanto a variedad de estilos (se pueden comparar mis breves y patilleras estadísticas del año pasado con las extensivas e interesantes de Pau y Rosana este año), pero siguen faltando cervezas de baja fermentación, o estilos de corte clásico británico. Con mi perspectiva desde dentro, conozco una pequeña parte de las dificultades que conlleva conseguir según qué material, y son muchas. ¿Que si es una paradoja conseguir cervezas checas y que no haya ni una lager entre los barriles que vienen de allí? Sí. Pero nuevamente, con la experiencia ahora ya de dos años, estoy seguro que se podrá afinar más a futuro.
El servicio de la cerveza, en ocasiones, era a temperatura glacial; y la técnica y destreza de los tiradores, a veces, no muy depurada. Las temperaturas son muy jodidas, y el sistema de grifos incorpora la posibilidad de servir a distintas temperaturas; pero me imagino que es difícil acertar el barril con la temperatura ideal (cuando tienes unos cuantísimos) y en uno de los 50 tiradores. Cabrá planearlo mejor. En cuanto a calidad de la tirada... sí, un poco de experiencia o formación previa siempre puede ser útil.
Si hablamos de comida, voy a tener que creerme lo que se dice de que no estuvo a la altura, dado que los de detrás del mostrador teníamos catering propio de La Viandateca (que entró de maravilla en los escasos minutos de descanso que algunos tuvimos), y en este sentido no puedo opinar con mis propias palabras. La oferta de comida quedamos, por unanimidad, en que es mejorable; aunque también hay que tener en cuenta que no se puede esperar que dentro del recinto haya un menú de cuchillo y tenedor, ya que no es ésta la idea. Es por ello que había acuerdos y descuentos con restaurantes próximos: se tenía que salir de la Cúpula, pero ésto no supuso ningún problema para volver a entrar a la hora de la comida. De esta otra oferta no tengo muchas referencias, y sería interesante que alguien aportara algo de información para poder valorarlo.
Música. Debo confesar que si algún aspecto estaba muy abajo en la lista de preocupaciones de todos era la música de ambiente. Con tanto por hacer y vigilar, el Koala con su Opá y la versión salsera de Coldplay no sonaron en mis orejas más que un par de veces. Pensándolo en frío, la poca variedad y la baja calidad del hilo musical podían estropear parcialmente el buen ambiente de dentro. No podría estar más de acuerdo con las críticas. Habrá que pensar y buscar maneras innovadoras para mejorar este apartado, ya que como supongo que os imagináis no es tan fácil como pinchar los mp3eses bajados del eMule (o lo que se utilice en estos momentos para bajar música vía internet) si no se quieren tener problemas legales.
Me gustaría, en este punto, romper una lanza a favor de un colectivo de profesionales que siempre recibe críticas, en mi opinión por la falta de profesionalización de personas que ejercen funciones similares a las de este colectivo, pero sin una formación adecuada. Estoy hablando del personal de seguridad. Desconozco problemas puntuales, o actuaciones individuales que pudieran ser desafortunadas, pero un 10 para el equipo que garantizó en todo momento la seguridad y el control de un evento fácilmente descontrolable.
Siguiendo con lo que se ha destacado como mejorable, voy a discrepar con reservas en cuanto al tema de sillas y mesas. Para la mayoría de asistentes, el BBF fue uno de los puntos del fin de semana; un lugar de paso. Entiendo que la gente que está dos o tres días, varias horas, tiene ciertas necesidades de relajar piernas y espalda de vez en cuando, pero hay que considerar que el aforo y el espacio en el recinto se reduce si se empieza a ocupar el espacio con mobiliario diverso. Tampoco veo positivo que alguien pueda "hacerse fuerte" en un espacio con sillas y se relaje allí, mientras en algún momento otras personas se conformarían con estar dentro de pie varias horas del tirón. Además, siempre puede uno sentarse en el suelo (había espacio para hacerlo cómodamente en algún rincón), como ya hicieron algunas personas que, consecuentemente, sufrieron infecciones (aunque no severas). La otra, si me permitís barrer para casa, es acudir a algunas actividades programadas y sentarse cómodamente mientras se escucha al ponente de turno. Y más allá de coñas diversas, tampoco veo como unas pocas mesas y sillas más solucionarían el problema a todos los asistentes: siempre habría el que no pudiera sentarse y que reclamaría más zonas para reposar.
¡El vaso! Personalmente, me parece ideal para un festival de 26.200 personas, por tamaño y forma: es versátil para probar cervezas de distintos estilos a la vez que minimiza las posibilidades de que caiga y se rompa (alguien con las manos mantequillosas me aseguró que el del año pasado era más resitente, pero eso ya...). Yo también preferiría un vaso más parecido al de tulipa, y dado que soy una persona responsable no utilizaría con fines intoxicativos un vaso de pinta entera, pero las "copas" se rompen más, y las capacidades amplias fomentan el tomar más cantidad de birra en total (léase, de alcohol acumulado), con todas sus posibles consecuencias.
Foto de Jordi Bertrán Hermosilla. |
Ya finalizando los puntos que se han apuntado como negativos, me han comentado, y he leído, que para otros años sería bueno que hubiera los productores con sus stands. Me gustaría aclarar un tema conceptual que parece no quedar claro. El BBF es un FESTIVAL; consecuentemente, no es una FERIA. Que si se pierde el contacto con el "artesano", que si es frío, que si tal, que si Pasqual. Sinceramente, he hablado más con los productores en el Barcelona Beer Festival que en las muchas ferias a las que he asistido. En las ferias, los feriantes están currando, y por ende en eventos multitudinarios pueden dedicarte 5 minutos como mucho, si tienes suerte. En un festival están asistiendo relajados, con ganas de hablar y compartir; ¿qué mejor escenario? Sé que no están todos, y que no todo el mundo conoce a los productores, pero con esa finalidad damos identificaciones, y en el sentido de presentar a las personas entre ellas trabaja incansable la relaciones públicas del festival. Cada formato tiene sus virtudes y sus defectos; disfrutemos de la dualidad de oferta que tenemos sin exigir a las ferias ser festivales, ni a los festivales ser ferias.
Un acierto que no se destaca, y que hasta hay quien lo ve como un inconveniente, es lo de dejar entrar a la gente gratuitamente. Efectivamente, había un porcentaje de visitantes que por razones de edad o gustos personales no compró vaso ni bebió cerveza. Demostrado el hecho de que había sitio para todos los 26.200 asistentes, lo veo como una gran virtud: los geeks cerveceros no podemos olvidar que somos una minoría, a la que obviamente hay que satisfacer, pero no todo está pensado para nuestro recreo. La tarea del BBF es de difusión, y para el festival (y para la cerveza, dentro de nuestro panorama) es tan importante el que se toma 60 cervezas distintas en todo el fin de semana que la familia que entra con un bebé para que la madre o el padre pueda probar una o dos cervecitas, mientras comprueba y goza del ambiente sano y de camaradería que se respira entorno a esta bebida nuestra.
Si una cosa me ha quedado clara después del fin de semana del 8 al 10 de marzo, es que el BBF somos todos: organización y empleados, pero también cada uno de los visitantes: desde el que se pasa una hora para ver qué se cuece al que quiere estar dentro hasta cuando se monta. Es gracias a todos que podemos afirmar que se vivió un clima sano y agradable.
Por esa misma razón, me gustaría censurar a una minoría de personas que consideró, con desfachatez y talante totalitarista, que prevalecía su derecho a fumar al de las otras personas a no fumar; o en términos más graves, a la seguridad de los demás. Individualismo y falta de ciudadanía, sin duda. El hecho es que de los cuatro accesos a la Cúpula, se habilitó uno para que los fumadores pudieran hacer su pitillo entre cervezas sin tener que salir del recinto; pero en el momento de máximo apogeo (el sábado por la tarde) se tuvo que deshabilitar el espacio por razones obvias de seguridad, a fin de habilitar una segunda salida por si las moscas. Entiendo a la persona que le supone una molestia tener que elegir entre saciar sus ansias fumadoras y seguir disfrutando del festival dentro, pero ni entiendo ni quiero entender a los que se toman la justicia por su propia mano. La medida sólo fue de aplicación durante unas horas: si alguien es incapaz de aguantarse un par de horitas sin su vicio, le recomiendo con total seriedad que apueste por acudir a sesiones de rehabilitación.
Consideraciones de esta índole a parte, creo que, en general, el festival se ha gustado y ha gustado, dando una imagen global positiva e integradora, apartada de mega-fiestas y macro-botellones; colocando la cerveza como un producto cultural más en la amplia oferta de la ciudad condal: acercándola al público general, pero sin olvidar a los incondicionales. Sólo estamos ante la segunda edición, y la sensación de solidez y control que se respiró en todo momento (y que contrasta con la de la primera edición) sorprende positivamente por la magnitud del evento. Del primero al último, incluidos por supuesto cada uno de los asistentes, podemos felicitarnos por ello.
El siguiente paso, que estaba previsto para este post, será el de hacer balance como responsable de Actividades. Próximo episodio en vuestras casas, estimados lectores. Admiro la paciencia y capacidad de superación que
Hasta la siguiente entrada, ¡pues! Salut i birra!
De acuerdo en casi todo. Enhorabuena a los organizadores del BBF13. Sin colas, grifos muy bien, baños, vaso, sistema de fichas, ambiente, lugar, actividades (salvo las catas por el lugar), accesibilidad a los cerveceros. De lo malo, la comida era muy escasa y cara. También eché en falta el poder tomar medias cervezas en general, no solo de las de 4 fichas. El panel en ocasiones no se leía bien. La música ambiente mejorable. La selección cervecera bien pero las más deseadas caían con cuentagotas y a veces de 50 grifos no había "deseable".
ResponderEliminar¡Buenas Rubén! Gracias por tu comentario. No he querido entrar al detalle pequeño, pero sí es cierto lo que comentas, especialmente el tema de que no siempre se veía bien el panel de las cervezas. De todo se aprendre, y en próximas ediciones se trabajará para que todo ello tenga, nuevamente, una respuesta adecuada. ¡Saludos!
EliminarSin haber estado allí estoy, en general, de acuerdo con la mayoría de lo que comentas. Muchas de las cosas que he leído son comentarios que haría un friqui cervecero, el que va al festival a probar todo lo que normalmente no podría y se pasa allí horas y horas. Nada que criticar en eso, ojo, a mi me parece perfectamente válido.
ResponderEliminarPero desde mi punto de vista este festival parece que ya tiene una magnitud tal que deja claro que no está enfocado sólo a este público, sino que es mucho más generalista, una "actividad cultural" que permite a mucha gente acercarse al mundo de la cerveza alternativa. Lo cual no quita que tenga muchas cosas interesantes para los friquis (rarezas, actividades paralelas, etc), pero no es el objetivo principal. Ni debería serlo, creo yo, si se quiere difunder el mundo de la buena cerveza (otra cosa es que a uno esto le dé más o menos igual, pero supongo que es el objetivo principal de un festival que acoge a tantísima gente).
Otra cosa es que cada uno haga la crítica desde su punto de vista, faltaría más :-D. Si yo hubiese ido, pues criticaría lo que a mi no me gusta, que otra cosa es que lo que a mi me guste es lo que a la organización le interese para el futuro :-D.
En cualquier caso, enhorabuena porque parece que fue un éxito y seguro que haberlo vivido desde dentro, como fruto del trabajo de uno, se siente muy bien :).
¡Qué tal Diego! Con el nombre entero me ha costado ver que eres Deigote ;-).
EliminarEfectivamente, se trata de una actividad para todos los públicos, pero cada uno, con total legitimidad, reclama lo que quiere para él. Se trata de equilibrar todos los extremos a fin de que el festival sea un sitio para todos.
Respecto a tu último apunte, sí: uno se siente muy bien después de todo :-).
Gracias por tu comentario y un saludo.
Tienes razón, a ver si lo cambio... aunque por los emoticonos me conocerás ;)
EliminarGran resum Joan!!! i molta enveja acumulada encara. Enhorabona pel treball!!! EL BBF és ja un èxit i això no pot més que consolidar-se i anar millorant sempre que es pugui. Una abraçada! Txema
ResponderEliminarMoltes gràcies Txema! A la propera vull veure-t'hi! :-)
EliminarAntes que nada, enhorabuena por el ejercicio de objetividad. Lo fácil en tu caso hubiera sido caer en el cómodo corporativismo y no ha sido así.
ResponderEliminarSobre los puntos que comentas no me voy a extender, pues estoy muy de acuerdo en casi todo y hay poco que añadir: exigencia de mayor calidad, estilos, servicio de la cerveza, comida...
Discrepo en lo de las sillas y mesas. Entiendo las razones pero creo que de los puntos mejorables este sea quizás el más fácil de subsanar. Todos aquellos que nos tiramos unas cuantas horas durante los tres días (que no fuimos pocos) lo hubieramos agradecido.
De lo que has apuntado y no hablé en mi post me parece destacable y positivo que la organización no cobrara entrada. Hubiera sido una forma de filtrar y evitar posibles amantes de la ebriedad, y en cambio fue un festival abierto, para todos y sin distinción. Un 10. En cuanto a lo del tabaco, desconocía ese follón pero comparto pixel por pixel cada una de tus letras.
En fin, que nuevamente enhorabuena por tu ejercicio de neutralidad y ¿concreción? ;). Muy buen post. Una abraçada!
Muy buenas Pau. En primer lugar, agradecerte el comentario. Como bien apuntas, es más cómodo para mí ser más "corporativo", pero creo que la imagen que queremos transmitir es de transparencia y receptividad, y nosotros debemos ser los primeros que nos pongamos delante de la barra y ver en qué estamos fallando.
EliminarRespecto sillas y mesas, puede que algunas más no hubieran molestado, pero sigo firme con lo expresado. ¡No nos vamos a poner de acuerdo en todo! :-)
"¿concreción?" <-- sí, habría podido ser mucho más concreto, pero no se trata de alargarlo todo y dar detalles que poco más aportan. Neutralidad, sencillamente ha sido un ejercicio de ponerse mentalmente en la posición del año pasado y analizar qué estuvo bien (que de piropos tampoco he sido escaso) y qué salió mal.
Una abraçada i merci!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEstic d'acord amb gaire bé tot el que dius en aquest post. El primer, felicitar a la organització del BBF. Ja l'any passat, tot i ser la primera edició, s'apreciava la serietat amb la que es volia dur a terme el festival, no només durant els dies que va durar, si no que també i sobretot amb les enquestes que es van dur a terme un cop finalitzat el festival. He anat seguint la pàgina de Facebook del BBF durant tot aquest any i es nota que s'han posat les piles, assistint a altres fires/festivals, prenent nota i estudiant a fons tot el que vam proposar a les enquestes.
ResponderEliminarS'ha de dir que han fet els deures i han millorat moltíssim en un any; qualsevol diria que aquest festival és tant jove! Si bé el recinte de l'any passat tenia un encant especial (el convent de Sant Agustí és un racó de Barcelona que m'encanta), era obvi que es quedava curt. Aquesta vegada no tenies en cap moment sensació d'agobio, ni tant sols als labavos o tiradors. Aquest any hem perdut encant per comoditat i tot i que la cúpula impressiona un cop hi ets, per al meu gust es va deixar massa de banda el tema dels fumadors. Entenc que no es pot bloquejar el pas dels visitants que té el centre comercial de per sí, però s'hauria de buscar una alternativa com ara fer cua per sortir o habilitar una segona zona de fumadors (un dels avantatges de l'any passat és que era a l'aire lliure i no teniem aquest problema). Vaig veure que hi havia una entrada exclusivament per a organitzadors i que la meitat de temps hi havia menys trànsit que a l'aeroport de Castelló... s'hauria de replantejar temes com aquest.
El menjar, com s'ha dit escàs i massa car. Les opcions a la mateixa cúpula MOLT cares, però ja era d'esperar d'aquest centre comercial.
Tot i així, ja compto els dies per a la propera edició. De nou, felicitar-vos pel treball i per últim... hi ha alguna manera de poder participar de manera més activa a la propera edició?
Gràcies pel teu comentari!
EliminarSí, el Convent de Sant Agustí es un escenario precioso, pero de aforo demasiado limitado para un evento así. Respecto a zona de fumadores, en próximas ediciones seguro que se encontrarán soluciones mejores, así como con la comida. Se trata de mantener una actitud abierta ante todo y escuchar a las personas que quieren disfrutar del festival.
Cuando se confirme que habrá nueva edición, si quieres, contáctame otra vez y, si los tengo, te daré detalles de cómo acceder a un tipo de participación más activa.
Salut!
Como del festival ya hemos opinado casi todos en nuestros respectivos blogs, y de paso para no repetirme, sólo voy a decir que comparto casi todo tu resumen. El que quiera ver las diferencias que lea las diferentes entradas y las compare (buf!).
ResponderEliminarPero no quería dejar pasar la ocasión para felicitarte, y hacer extensiva la felicitación al resto de la organización bebefera. Yo por mi parte me lo pasé muy bien, hasta el punto de no pensar durante gran parte del día que había una organización detrás, lo cual ha de entenderse como un piropo.
Y también comentar que echaba de menos al Birraire bloguero y patillero!
A ver si un día coincidimos detrás de una cerveza "analógica". Salut!
Hahaha, gràcies Carlos! Yo también echaba de menos mi faceta patillero-bloguera :-).
EliminarTe aviso el próximo día que me pase por la Micro. Salut!
BIENVENIDO DE NUEVO JOAN, DESCANSA, DESCAAAAAAAANSA, JEJEJE. YO SOY UN ANTITABACO CONVENCIDO Y TE APOYO EN TUS COMENTARIOS. PERO EN EL TEMA DE LAS SILLAS SIENTO DISCREPAR. ¿QUE HAY GENTE QUE SE HACE FUERTE EN LAS SILLAS? BUENO, EL RESTO SEGUIRÍAN IGUAL QUE EN ESTA EDICIÓN, DE PIE. AL MENOS ESA GENTE, QUE PRESUPONGO QUE ESTÁN MUCHO TIEMPO EN EL FESTIVAL Y POR LO TANTO CONSUMIENDO, ESTARÁ DESCANSANDO Y DISFRUTANDO RELAJADAMENTE, POR QUE NO. PERO BUENO, LA MAYORÍA DE LAS COSAS, SI NO TODAS, QUE LA GENTE SE QUEJÓ EL PRIMER CERTAMEN, SE HAN SUBSANADO O CASI EN EL SEGUNDO, COMO TU DICES, ES UN EVENTO NUEVO Y EN SOLO DOS EDICIONES SE HA ABIERTO HUECO EN EL PANORAMA CERVECERO ESPAÑOL, ¿LA TERCERA EDICIÓN COMO SERÁ? VIENDO EL BUEN TRABAJO DE LA ORGANIZACIÓN Y TODOS LOS QUE PARTICIPAIS, FENOMENAL, NO PUEDE SER DE OTRA FORMA. SALUDOS
ResponderEliminarPD ¿TE ACORDASTE DE LO NUESTRO? SI ES QUE TUVISTE TIEMPO CLARO... ;)
¡Gracias por tu comentario, Jorge! Pues nada, experiencia acumulada para seguir avanzando a futuro, como bien apuntas :-).
EliminarDe "lo nuestro" no te preocupes que te consigo. Salut!
Hombre siempre podemos utilizar la música para coger las sillas, y así solucionamos dos problemas.
ResponderEliminarMientras tu das una FreaKata, y así lo hacemos más dinámico y divertido :-)
Eliminar