De paseo por la capital de los Países Bajos... (parte IV)
El viaje a Amsterdam llegaba a su fin el domingo; sólo nos restaba visitar alguna iglesia y mercado que nos quedaba apartado dentro de nuestras rutas anteriores. Asimismo, quedaba una de las partes más emocionantes también: la compra de botellas para gozar de cerveza local pausadamente desde casa.
Con los dos chascos del día anterior (Cracked Kettle cerrada y la no-visita a la Brouwerij 't Ij), el balance de cervezas compradas indicaba la cantidad de 6 unidades. A priori podía comprar algunas más para no pasarme del peso límite que impone Transavia para las maletas facturadas. Así, después de unos largos y tranquilos paseos por las calles y canales de Amsterdam, nos plantamos en De Bierkoning un poco antes de que abrieran. La sorpresa agradable fue ver que no estábamos solos, sino que había otros cerveceros (cinco, pero algo es algo) esperando que abrieran la tienda que, ahora sin The Cracked Kettle, es ya sin duda la que mayor y mejor surtido cervecero ofrece en la capital neerlandesa.
Cualquiera podría dejarse su sueldo entero con un arrebato... (sólo es una parte de la tienda) |
Ya dentro, mi boca quedó permanentemente abierta durante bastante rato mientras admiraba un local lleno de estanterías, a su vez llenas de cervezas. Cartelitos, copas a mansalva, cajas, (¡Westvleterens!), y birra de todas las principales nacionalidades, con auténticas rarezas. Mi mujer contemplaba astónita mi actitud, detectando prontamente mi decisión de reprimirme y girar la espalda a la mayoría de estanterías, una vez localizadas las holandesas. Con un único intento: "¿has visto qué belgas tienen ahí?" le quedó claro que no quería/podía verlo ("las he visto, pero no las puedo mirar"). Alguien podría pensar que es una tontería, y probablemente lo sea, pero me cuesta muchísimo decir que no a tanta cerveza apetecible, y dado que había limitado mi compra a 6 botellas más, no tuve suficientes agallas como para observar con atención todo el stock de cerveza y descartar joyas por el simple hecho de no ser neerlandesas.
Cristalería por doquier... |
Centrándome, pues, en el material local, tengo que decir que también me costó un montón. Sin embargo, empecé a seleccionar algunas, con distintos criterios, hasta que tuve mi séquito de cervezas seleccionado. La idea era coger seis marcas distintas, y aún sabiendo que De Molen (y últimamente Emelisse) son más o menos fáciles de obtener, no pude dejar escapar la oportunidad de adquirir sus botellas a unos precios, más que asequibles, increíbles. De la del molino me quedé una de las que no había visto nunca por tiendas físicas u online españolas, la Tsarina Esra (Imperial Porter, no la Reserva), que de hecho anunciaban como novedad en De Bierkoning. Al llegar del viaje, entró como novedad también en Zombier... -suspiro- pero mira, ya la tengo y punto.
De Emelisse me quedé otra novedad (cabe decir que, excepto una, todas las que me quedé estaban marcadas como tal): la White Label, un Barley Wine envejecido en barricas de Jack Daniels. Una gozada de la que espero disfrutar pronto.
En este punto, mi yo coleccionista exigía, al menos, un tapón chulo. Fue así como, después de pensarlo un rato, cogí la Urthel Samaranth, una Quadrupel más o menos conocida, que hacía tiempo que quería degustar, pero que no había encontrado por ningún sitio. Fue volver de Holanda y encontrármela en la Cervecería Europa de Madrid. RABIA.
Toma festival me voy a pegar... |
Las otras que cogí eran totalmente desconocidas para mi (la marca quizás no, pero la cerveza en sí totalmente). La Jopen Jacobus RPA fue una de éstas, que como podéis intuir por su nombre es una (Rye) Pale Ale con centeno. Quería otra Mommeriete, así que compré la Heer van Gramsbergh, una Strong Ale que según cuentan estaba pensada como Imperial Stout, pero que el uso de un 15% de malta ahumada cambió el resultado sensiblemente. Por último, una rareza de las buenas, de una divertida micro llamada De 7 Deugden (las siete virtudes), aparecida en Amsterdam justo el año pasado (2010). La cerveza en cuestión se llama Vlier + Fluiter, y es una Sour con bayas del saúco (para quien le pueda sonar más, la palabra inglesa elderberries).
La otra parte del botín, ya sin la caja protectora... |
Una vez las tenía todas en mi cestita de la compra (te daban una cestita muy mona para tu compra, pero poco efectiva para transportar cerveza sin tumbarla y que las botellas se golpearan entre ellas), cogí unos posavasos que tenían gratis "for customers only" (sólo para clientes) y me dirigí a la caja. El chico de De Bierkoning aplaudió mi selección, así como el hecho de que fueran todas locales. Las más celebradas fueron la Emelisse White Label y la De 7 Deugden Vlier+Fluiter. De la primera me dijo que alucinaría, que a él le pareció sublime. Con la segunda sentía un vinculo especial, pues la Brouwerij De Zeven Deugden es amsterdaniana, y desde que empezaran se están ganando un sitio entre las grandes cerveceras a base de hacer cervezas muy peculiares y rompedoras, la cual cosa, me dijo, era motivo de orgullo para los cerveceros locales.
No podía faltar... |
Pude charlar también un rato con él, y como no volvió a salir el que me parece ya el tema número 1 cuando vas al extranjero en ambientes birreros: la cerveza italiana. Supongo que ayuda el hecho de que, allí donde voy, siempre nos confunden (a mi mujer y a mi) por italianos. También hablamos de alguna micro catalana, que las conocía gracias a una escapada que hizo a Barcelona, visitando algunos sitios, entre los que me destacó especialmente La Cerveteca, por su variedad de cervezas y situación de privilegio.
Terminada la visita a la que, para mi gusto, es la mejor tienda cervecera que he visitado en el extranjero, procedimos a escoger restaurante para la comida, dado que el que teníamos planificado había cambiado de manos (y nombre) y no nos gustó la pinta que tenía. En su lugar, y para estar cerca del hotel en vistas a marcharnos, escogimos la Old Dutch Pancake House, justo en el Bloemenmarkt (mercado de las flores), y con especialidad en tortitas y dulces variados. Pudimos comer unos ricos pancakes y unos postres de vicio, con muy buen trato por parte de todo el personal. En esta ocasión, la cerveza tomada fue la que pensaba que no iba a tomar en toda mi estancia por Holanda, pero no había alternativa (tampoco me molestó): ni más ni menos que una Heineken. Sobre las historias de si sabe mejor en los Países Bajos o no, decir que he tomado Heinekens lamentables en Barcelona y Madrid (otras no), y ésta estaba al punto. Quizás sea verdad.
Y con todo esto, sólo falta añadir a modo de curiosidad que me hicieron una encuesta de satisfacción en el Aeropuerto de Schiphol sobre las instalaciones mientras esperaba para embarcar, y que les dije que todo muy bien excepto que en los Duty Free no había cervezas.
Había mucho posavaso suelto por Amsterdam... |
En resumen, una escapada genial en lo cervecero y lo no cervecero. Sufrí (como siempre) con las pobres botellas viajando en la maleta y siendo presumiblemente maltratadas en ambos aeropuertos, pero no hubo incidencia alguna y ya están todas resposando desde hace unos días en la oscuridad de mi bodeguita. Mi yo coleccionista también volvió contento, con nuevo material para mis múltiples colecciones (chapas y, especialmente, posavasos). Además, pude traerme también una etiqueta ampliada y hecha cartelito de una de las birras de la Brouwerij 't Ij, la Ijnde Jars, que por desgracia no pude tomar ni comprar en ningún sitio.
Antes de terminar, me gustaría agradecer en especial a Gabriel su amabilidad y buenos consejos para preparar la parte cervecera del viaje. Con su ayuda, tuve la certeza en todo momento de que, en cuanto a cerveza, el éxito estaba asegurado. A parte de ser una persona con un amplísimo conocimiento en materia cervecera, es un gran compañero.
En cuanto a mi próximo viaje, la verdad es que no tiene pinta de tener un gran contenido cervecero a priori... si bien haré lo posible para que así sea. En todo caso, si hay alguna cosa interesante, la compartiré con todos vosotros.
¡Saludos!
7 más "pa" la saca. Como me gusta la de 3 Floyds... La de Mommeriete me la jodieron... pero tengo otra :-). |
El divertido cartelito que pude coger en la 't Ij. |
Puedes ver las demás entregas de esta serie en los siguientes enlaces:
De paseo por la capital de los Países Bajos (parte I)
De paseo por la capital de los Países Bajos (parte III)
Pues la de Mommneriete 'fastidiada' te la cambio yo si te parece... Ahhh 'Die bierkoning' gran local... además de birras compré algunos libros también
ResponderEliminarEs un espectáculo De Bierkoning. Vi que había muchos libros también, pero tengo algunos aún por leer, así que me centré en lo que tocaba :-). Salut Txema!
ResponderEliminarPfff!! Se me había pasado esta entrada... Al menos espero que puedas leer el comentario, jeje! La verdad que me puse a buscarla porque tenía la intuición de que no la había leído...
ResponderEliminarBueno, al grano. Un viaje espectacular (imagino que en el plano no cervecil sería igualmente completo). Peazo tiendón el tal Bierkoning. Personalmente hubiera tenido un problema gigantesco, aunque mi solución hubiera sido clara (cuento con la aprobación y sobretodo la colaboración de la reina ;P): comprar todo lo que pueda llevar en las manos y pimplárnoslo en el hotel, jajaja!
Repito lo dicho, un viaje espectacular y muy bien relatado, crack! Salut company!
Suerte que controlo los comentarios desde el panel de Blogspot :-).
ResponderEliminarPues amigo Pau, tienes una gran suerte de compartir pasión cervecera con la jefa. Yo estoy haciendo unos progresos enormes desde hace un tiempo, pero dudo que pueda llegar a este punto.
Gracias por tu comentario. Como bien sabes, cada viaje de éstos necesita su tiempo en horas para sacar un post decente, y siempre se agradecen los comentarios positivos.
Salut!